Motivación y creación de empresas

Según datos de la OCDE, tan solo diez de cada cien pymes españolas sobreviven después de los diez primeros años; el 70% de ellas acabaráncerrando entre tres y cinco años después de su creación

María José Borrego Osete

Sábado, 10 de septiembre 2022, 23:09

Iniciar un proyecto de creación de una empresa no es una tarea fácil: al hecho de tomar la decisión de emprender se añade una gran ... cantidad de dudas e inseguridades que van surgiendo a medida que avanza la idea. Sin embargo, en la actualidad el número de personas que deciden emprender ha aumentado en relación a los últimos años, derivando en un incremento en los índices de datos de empresas registradas, y más en concreto en una evolución al alza de empresas de pequeño tamaño, microempresas, y de mediana y pequeña empresa (pymes). Según datos de Informa, justo antes de la pandemia, «las pymes englobaban el 97% de empresas en España, un porcentaje que marca el predominio de las microempresas, que constituyen el 94% de los negocios del sector privado a enero del 2020 con un total de 3.417.000 compañías».

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La sencillez de los requisitos para crear una microempresa 'a priori' hace factible que el emprendedor sin experiencia se decante por este tipo de empresa al considerar subjetivamente entre otros factores que la estructuración de la empresa va a requerir un menor control de gestión.

Sin embargo, los emprendedores siguen apostando por la pyme como idea de negocio, el documento 'Cifras Pyme' elaborado en base a los resultados mensuales de las empresas inscritas en la Seguridad Social publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones actualizado a 30 de abril de 2022, pone de manifiesto que el número de pymes con asalariados en abril es de 1.325.212, lo que supone un incremento con respecto al mes anterior del 1,30% y de 17.004 empresas más; las pymes con asalariados dieron empleo en abril a 9.230.333 asalariados. Ello se traduce en una variación del 2,24%, y un aumento de 202.473 empleados. Dentro de las pymes con asalariados, el tramo de las medianas (50-249 empleados) es el que experimenta un mayor crecimiento, tanto en el número de empresas (2,94%) como en términos de empleo (2,89%). (Estadística y publicaciones sobre pymes: Ministerio de Industria, Comercio y Turismo)

Los datos arrojan, por tanto, un escenario esclarecedor acerca de la evolución del emprendimiento en España y la tendencia del emprendedor a decantarse por la creación de empresas englobadas en el marco de la microempresa y las pymes.

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Por otra parte, existe un alto porcentaje de empresas que abocan en fracaso empresarial. Según datos de la OCDE, tan solo diez de cada cien pymes españolas sobreviven después de los diez primeros años; el setenta por ciento de ellas acabarán cerrando entre tres y cinco años después de su creación.

Por lo anteriormente expuesto se puede deducir que cuando se inicia un proyecto de creación de empresa el emprendedor se enfrenta a un futuro incierto en relación al resultado. Ya Carter, Gartner, Shaver y Gatewood (2003) afirmaban que «las nuevas empresas no se crean por casualidad, sino que son necesarios una gran cantidad de esfuerzo y tiempo para cristalizar el negocio, pues normalmente se presentan obstáculos con trámites y actividades, que deben ser superados por los emprendedores».

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La consecución de un negocio exitoso no solo dependerá de factores meramente de gestión y planificación de la empresa como unidad de negocio, sino que existen otros factores presentes que fluctuarán influyendo de forma directa en el emprendedor, en la evolución del proceso del emprendimiento, en el resultado final y en el mantenimiento del negocio a largo plazo.

Desde la perspectiva del emprendedor el proyecto partiría de las premisas del 'por qué', el 'qué' y el 'cómo', cuestiones que vendrían dadas desde la motivación, como el proceso que produciría el impulso para iniciar la acción hacía los comportamientos futuros y los objetivos marcados por el emprendedor. A su vez, de la consecución de los objetivos marcados se derivarán emociones que podrán ser positivas si el emprendedor alcanza los objetivos o negativas en el caso de que los objetivos no sean alcanzados o no constituyan lo esperado.

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En base a lo anteriormente citado, existe una interrelación entre la motivación, las respuestas emocionales y el emprendimiento que ha sido puesto de manifiesto en los últimos años, mediante estudios sobre la capacidad emprendedora que han incluido las características psicológicas de las personas que emprenden. El concepto de «motivación para emprender» ha avanzado partiendo desde una concepción puramente económica, hasta ser considerada un proceso multi­dimensional en el que intervienen aspectos sociales, personales y culturales, considerándose un hito importante a la hora de desarrollar un proyecto de creación de empresa, el factor motivador en la acción de emprender como el conjunto de fuerzas que inician, mantienen y dirigen la conducta del emprendedor hacía la consecución de los objetivos y metas marcadas.

El objetivo a cumplir influirá en la motivación, de modo que la expectativa creada sobre el mismo determinará el grado de intensidad emocional, de este modo cuando el emprendedor percibe el objetivo como atractivo y además considera que cuenta con posibilidades para alcanzarlo la motivación será mayor que si el emprendedor tiene una percepción negativa del objetivo y de los recursos con los que cuenta para lograr alcanzar la meta marcada.

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La motivación del emprendedor influye en el desarrollo del emprendimiento, evolución, éxito o fracaso, por ello la motivación es considerada como una pieza que juega un papel de vital importancia en la acción de emprender y creación de la empresa.

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