Moderación como mandato

Núñez Feijóo salió del congreso del PP emplazando a Pedro Sánchez a confrontarse sobre los problemas económicos del país, sin evadirse con temas que no respondieran a «las necesidades de las familias». Hoy la economía centra un debate público que el presidente no puede eludir ni a cuenta de las discrepancias en el Gobierno de coalición. Pero Feijóo se enfrenta al difícil reto de ofrecer alternativas que presupongan la superación de todas las incertidumbres. Su problema, y la ventaja de Sánchez, es que necesitaría arriesgar para ganar la partida dialéctica. Proponer medidas fiscales concretas y una selección de ayudas públicas para atajar la inflación anunciando que esta perdurará si no se siguen sus indicaciones, definirse sobre cómo actualizar las pensiones asegurando la sostenibilidad del sistema junto a la bajada de déficit y deuda o señalar cuáles son las carencias concretas que presenta la distribución territorial y sectorial del Next Generation.

Hoy podría volver a hacerse verdad que los gobiernos se marchitan más por sus deméritos que por las expectativas que genera la oposición. Pero lo relevante para el país y sus familias es que Sánchez y Núñez Feijóo no salgan del encuentro más distanciados de como entren. Porque no hay salidas infalibles a las vicisitudes económicas de España. Menos si pretenden erigirse sobre la división. La concertación social y el consenso político son las condiciones imprescindibles que pueden acercarnos a las soluciones.