El proyecto de Mar Vázquez

Almería, quiera o no competir, está en la liga de ciudades y encontrará –con seguridad– en su pasado medieval, andalusí y cristiano, conventual y berberisco, un punto de explosión para su desarrollo futuro después de años de olvido o, peor aún, de destrucción masiva.

Ocurra lo que ocurra el próximo 28 de mayo, nadie podrá reprocharle a Vázquez el haber rehusado de utilizar la potestad que todo candidato debiera tener –y lamentablemente no tiene– de hacer su propia candidatura:de encontrar gente de su más estricta confianza con la que contruir sinergias, planes, proyectos e ideas; de buscar talento, del que sobra a raudales en esta tierra, que esté dispuesto a la exhibición pública y al trabajo sin reloj para empujar a Almeriá hacia el futuro.

Más de la mitad de los nombres de su candidatura son nuevos, algunos de una muy contrastada valía profesional como es el caso de Antonio Urdiales, responsable de sostenibilidad de Cosentino y uno de los mayores expertos del ramo en Almería. Otros, venían siendo excepcionalmente críticos con el trabajo municipal en las periferias urbanas y podrán poner al servicio de la administración posturas críticas, visiones contrapuestas a las del equipo que se da de baja. Óscar Bleda, director del proyecto Ítaca en El Puche, se ha sumado a la lista del PP con la finalidad –es de entender– de sacar al equipo de gobierno de la «inoperancia», del «no hacer», tal y como calificaba n la actitud de los populares hace medio año en una entrevista.

El proyecto de Vázquez –aún por conocer su programa– ya no va a ser el heredado de Pacheco y será ella la única responsable de lo que ocurra. Para bien, por supuesto, y para mal, también. En el camino ya se deja pelos en la gatera que tardarán en volatilizarse en el organigrama popular. La salida de Carlos Sánchez y de Juanjo Alonso del equipo del que vienen formando parte desde hace más de una década han sido el síntoma del cambio en el timón y también la consecuencia de la libertad con la que Vázquez ha trabajado su candidatura. Para su gozo personal y para construir la suerte o la desventura del proyecto del PP en Almería.