María Zambrano por María Zambrano

Una serie de mujeres modernas que constituyeron una gran avanzadilla en la inserción en la vida social y cultural de la mujer en España, y que se vieron, como consecuencia de la guerra civil, abocadas al exilio, la mayoría de ellas produjeron en lo autobiográfico textos muy significativos. En su cultivo destacaron andaluzas como las almerienses Carmen de Burgos ('Colombine') y María Enciso, las malagueñas Isabel Oyarzábal ('Isabel de Palencia') y Victoria Kent, la sevillana María Campo Alange (aristócrata) o la granadina Isabel García Lorca, por citar a algunas destacadas; o las 'maridas de sus maridos' andaluces como, entre otras, Zenobia Camprubí (Juan Ramón), María Teresa León (Alberti), Concha Méndez (Altolaguirre), Luisa Carnés (Juan Rejano) o Pilar de Valderrama (Machado). Sin olvidar a María Lejárraga (parlamentaria por Granada) o a Carlota O'Neill (hija de una jienense).

Pero de entre todas, destaca la malagueña María Zambrano. Ante todo, indicaré que fueron dos mujeres, discípulas de Ortega y Gasset, pertenecientes al círculo de la 'Revista de Occidente', las que, por vez primera en España, hicieron una sistemática reflexión teórica sobre el género autobiográfico, además de practicarlo. Me refiero a la vallisoletana Rosa Chacel con 'La confesión' y Zambrano con 'La confesión, género literario'.

Aunque María Zambrano publicó varios escritos autobiográficos y un epistolario abundante, su obra cumbre en este ámbito es 'Delirio y destino. Los veinte años de una española' (Barcelona: Mondadori, 1989), que abarca desde 1929 hasta la proclamación de la Segunda República en 1931, un tiempo de «destino soñado», pleno de esperanzadoras utopías, que se frustra por la guerra y el exilio. El texto es, ante todo, una autobiografía de la filósofa, en la que muestra su propia experiencia como sujeto, que, fuera de su país, siente la soledad y la nostalgia.

Pero, además, muestra un esclarecedor análisis de lo español (especialmente el desarraigo del exilio), como de lo europeo (y su trágica guerra). Lo personal se extiende a lo colectivo al proporcionarnos unas reflexiones filosóficas, que, sin duda, nos abren caminos en nuestras trayectorias vitales.