Esta frase de inicio me sirve para tomar conciencia, una vez más, sobre la situación que están viviendo miles de temporeros en nuestra provincia, en ... su mayoría sin papeles, sin que casi nadie haga nada para que se acabe un asunto que se va perpetuando desde hace años. Hemos hablado de esto varias veces en esta columna, sobre la injusticia, la maldad, el egoísmo, la falta de empatía hacia los demás que se están buscando la vida entre nosotros, y no reciben más que sufrimiento y dolor y la pérdida de su dignidad de seres humanos con derechos reconocidos mundialmente.
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Un reportaje de IDEAL sobre la situación de muchos inmigrantes en nuestra provincia y me temo que en todo el país, que vienen a trabajar en las cosechas, me ha empujado otra vez a sacar a relucir este problema sobre el que se habla de vez en cuando y pocas veces se ponen en marcha las necesarias acciones que se deben emprender por quienes tienen el poder en sus manos. La mayoría de los que vienen se encuentran en situación irregular, lo cual significa que no existen para la sociedad que debería acogerlos con afecto, porque llevan a cabo unos trabajos muy necesarios para la agricultura que los españoles autóctonos ya no están dispuestos a aceptar.
Pero vayamos a los datos y a la realidad. Solo en los últimos veinte años nuestra provincia ha cuadruplicado la población africana (mayoritariamente procedente de Marruecos). Desde 2003 hasta 2022 se ha pasado de recibir 5.601 personas a 21.978, que acuden a Granada capital, Albuñol, Motril , Loja y Zafarraya que son las localidades que cuentan con el mayor contingente de migrantes. Cuánta necesidad deben tener estas criaturas, hombres y mujeres, que aun sabiendo las condiciones que van a tener que soportar, no tienen más remedio que seguir adelante. Dos páginas de Ideal del pasado domingo, escritas por Pilar García Trevijano, nos cuentan lo que ha encontrado en su búsqueda de lo que está pasando, ahí cerca.
No es solo que ganen más o menos, es cómo tienen que aguantar la falta de humanidad de los empresarios agricultores, o más bien negreros: los asentamientos, las infraviviendas …la mayoría viven hacinados, en una habitación pequeña para quince personas. Pagan hasta 150 euros para poder tener un colchón para dormir, en casas ruinosas donde se alojan 60 personas y conseguir algo que tenga techo …Lo más triste es que algunos magrebíes que han prosperado ahora tratan a sus temporeros con mano de hierro y el mal trato, que ellos recibieron en su momento..
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El contrapunto lo encontramos en algunas organizaciones sin afán de lucro que están haciendo lo que pueden para mejorar las condiciones de estos temporeros. En la comarca de Alhama, cuentan con un albergue de sesenta plazas para migrantes regularizados, bastante insuficiente para unos jornaleros que solamente en Zafarraya pasan de 2,000 a 4.000. Y en Albuñol ya hay una mesa de trabajo presidida por el párroco con instituciones y organizaciones que atienden a unas ochocientas personas.
Es fundamental esa actitud benevolente, cuantos más mejor, pero se necesita que se tomen nuevas acciones por parte de los que mandan, para asegurar los derechos de quienes vienen a trabajar y ganarse la vida.
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