Puerta Real

Reinventos

Sería interesante que cundiera el ejemplo y surjan más páginas de este tipo, cercanas y asequibles, como han hecho los de Grancity

María Dolores Fernández-Fígares

Martes, 15 de octubre 2024, 23:21

Los que somos melancólicos llevamos mal la pérdida de los inventos que tanto nos ayudaron y que en el presente empiezan a desaparecer. Me refiero ... a los que afectan a nuestras tareas cotidianas, no a los que son capaces de que se ganen las guerras, o los que definen los fenómenos más complejos. En realidad, nuestras vidas están unidas a artilugios, que se volvieron indispensables y ayudaron a hacer que nuestros trabajos fueran más llevaderos, desde el lavado de la ropa y la vajilla, hasta ese extraño aparato que llamamos 'celular' o simplemente 'móvil', que quizá haya sido el causante de muchas alteraciones en nuestros comportamientos.

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La mayoría va aceptando los cambios, como algo irremediable, o incluso positivo, sin tener muy claro si lo de antes era mejor o no. Solamente los que ya hemos cumplido varias décadas tenemos la posibilidad de comparar las opciones y la mayoría de las veces hemos mejorado, porque esos inventos prácticos resolvieron algunas carencias, gracias a la capacidad de trabajo y la imaginación. Si tuviera que destacar uno sería sin duda la humilde fregona que, por cierto, fue inventada por dos mujeres, madre e hija, Julia Montoussé Farges y Julia Rodríguez-Maribona Montoussé, en 1953, y mejorada por el ingeniero aeronáutico y oficial en el ejército del Aire Manuel Jalón Corominas. No creo que haya nadie que eche de menos el tiempo que había que fregar los suelos a base de arrodillarse.

Lo que estamos viendo es que, si algo fue interesante, útil, eficaz, aunque sea desechado por las nuevas tecnologías, suele regresar al presente. Siempre hará falta un 'reinventor' o 'reinventora' que devuelva a la vida al artilugio en cuestión, con adaptaciones que aprovechen los nuevos inventos. Sin ir más lejos, ya hay fregonas eléctricas, con o sin cable, lo cual demuestra un caso evidente de reinvención.

Hace unos días una joven periodista de Motril ha ganado un premio por reinventar uno de esos objetos que fueron útiles durante 54 años y habían desaparecido, que son las páginas amarillas de toda la vida, mejor dicho, desde que alguien las creó, junto a la guía telefónica. Lo contaba IDEAL hace unos días: ella necesitaba un fontanero y acudió a Google, y además de no encontrarlo, se dio cuenta de que era muy difícil acceder a determinados datos necesarios. Y le devolvió la vida a la comunicación empresarial, ofreciendo a las empresas y profesionales de su zona el acceso a sus posibles clientes. Por un módico precio de cien euros al año, está elaborando una guía digital que ofrece visibilidad de las marcas, apoyando también para que sus ventas y negocios mejoren. Sería interesante que cundiera el ejemplo y surjan más páginas de este tipo, cercanas y asequibles, como han hecho los de Grancity, que es el nombre del 'reinvento'.

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Con sentido de la oportunidad y un poco de imaginación podríamos recuperar del olvido muchos ejemplos parecidos que lo único que les falta es una reinvención.

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