Me ha parecido muy oportuno que salgan a relucir una serie de datos numéricos y porcentajes, precisamente ahora, en plena ansia de comprar, gastar, sea ... lo que sea. Nada extraño en una sociedad que ha puesto en el consumo la clave de la felicidad. Y es verdad que tener o poder tener quizá no traiga la felicidad, pero calma los nervios, como decía un sabio amigo. Es verdad que lo hemos pasado muy mal con la pandemia y todos quieren recuperar el tiempo perdido, pero eso quizá no justifique que nos desentendamos de los demás que no tienen no siquiera lo básico para vivir.
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Junto con los anuncios de turrones, perfumes, vinos exquisitos y demás delicatesen nos están llegando datos que hablan por sí mismos sobre la situación de peligro de lo que llaman pobreza extrema, que afecta a muchos hombres y mujeres de nuestra provincia y de nuestra capital.
Esta vez los números señalan algo que debería sonrojarnos: la pobreza extrema (que es como la nombran los expertos) se está cebando en los niños y las niñas. Veamos algunas cifras que se han publicado hace dos días. El problema afecta a todo el país, pues España es el país de la Unión Europea con la tasa más alta de pobreza infantil pero a diferentes niveles, de los cuales nuestra comunidad autónoma se destaca por la más alta tasa de población infantil en riesgo de pobreza, con un 38,50%, lejos de las Islas Baleares, País Vasco, Cataluña y Cantabria que no llegan al 25%. En términos absolutos, significa que en Andalucía hay 440.000 menores de 18 años en situación de pobreza y que uno de cada tres niños está en riesgo.
Esos porcentajes, aun siendo altos, quedan sobrepasados por la situación en los pueblos. En este sentido, en Granada están los cuatro que registran tasas más altas de pobreza infantil de toda Andalucía. Concretamente, se trata de: Albuñol, Iznalloz, Pinos Puente y Fuente Vaqueros, con tasas de más de 65%. En el siguiente nivel, entre 65% y 54% figuran: Deifontes, Íllora, Molvízar, Alhama de Granada, Benalúa, Huétor Tájar, Láchar, Montefrío, Órgiva y Salar.
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Estos y más datos, que con los sistemas estadísticos actuales son más precisos, están a disposición de quien quiera consultarlos en la web del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil, una entidad que se puso en marcha en 2020 por el gobierno de Pedro Sánchez y que en esta nueva legislatura dejará de operar, tras elaborar importantes estudios sobre los riesgos de pobreza que sufren los menores. En su lugar se ha establecido el ministerio de Infancia y Juventud, que está a cargo de Sira Rego, de IU. Por parte de la sociedad civil existe en España la Plataforma de Infancia, que integra a más de 60 entidades, federaciones, oenegés y demás que trabajan sobre diversos objetivos y finalidades, probablemente desde diferentes enfoques.
Es evidente que hay mucho que hacer hasta conseguir erradicar esa lacra de la pobreza infantil, que amenaza tan gravemente a las generaciones futuras.
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