No cabe duda de que la celebración de una olimpiada en estos tiempos es un acontecimiento de alto nivel, por muchas razones, entre las cuales ... me gustaría señalar que de alguna manera se retrata lo que son las sociedades, los individuos, las culturas, las costumbres… El deporte es una actividad muy significativa, que bien manejada podría ayudar a reconocer determinadas virtudes que nos están haciendo falta a manos llenas.
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Como ya lo intuyeron los griegos, no deja de ser interesante que consiguieran parar las guerras durante los juegos mientras combatían de manera simbólica y en un contexto sagrado. Por algo se sigue manteniendo el nombre evocador del lugar mágico, que remite al Olimpo, donde se reunían los dioses, una idea que debemos al pedagogo barón francés Pierre de Coubertin. Corría el año 1892 cuando presentó su proyecto y tuvo que esperar cuatro años para lograr que se reunieran en Atenas 241 atletas de 14 naciones para poner en marcha los primeros Juegos Olímpicos de la nueva era. Como era de esperar, las mujeres no participaban en el evento, de hecho Coubertin dijo que la olimpiada era «la exaltación del atletismo masculino … con el aplauso de las mujeres como recompensa». Tuvieron que esperar a 1900, que fue el año en que 'oficiosamente' se les permitió competir solamente en tenis, vela, crocket, hípica y golf. Fue precisamente en París donde acudieron 997 atletas de los cuales 22 eran mujeres. Pero, ojo al dato: hasta el año 2012 no se permitía que las mujeres compitieran en todos los deportes,
La historia de este 'movimiento' olímpico y las mujeres es bastante triste, pues se pone en evidencia hasta qué punto no estaban dispuestos los mandamases de entonces a perder el control por culpa de las féminas. No tengo espacio para reseñar los esfuerzos que tuvieron que hacer las pioneras para ir avanzando muy lentamente, hasta lograr lo que ahora este año está sucediendo: que según el COI se ha casi alcanzado la paridad de género: 5.630 atletas masculinos y 5.416 atletas femeninos.
Además han eliminado pruebas que eran exclusivas para hombres. Los abanderados y abanderadas también han dado visibilidad a hombres y mujeres deportistas en los rituales de la inauguración de los Juegos este año. Otro dato es el cuidado que han puesto para las retransmisiones de los eventos femeninos en mejores horarios que por 'tradición' se guardaban para los hombres. Otro, muy significativo: tener en cuenta a las atletas que necesitan ir con sus hijos pequeños, destinando espacios para ellos.
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Sin embargo, todavía hoy, persisten verdaderas injusticias que se pueden resumir en un trato machista a las mujeres deportistas, empezando por parte de los directivos aquí en España, sin ir más lejos. Se están dando pasos hacia la paridad pero eso no quiere decir que se hayan esfumado las desigualdades, ni los agravios. Además de ser olímpicas tienen que ser luchadoras por lo que es justo.
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