Olona, resentimiento y traición
«Si pretendía crear un nuevo partido para quitarle unos cuantos votantes a Abascal y poder ser la 'Errejón' de derechas, posiblemente su estrategia no sea la más acertada»
La verdad es que no vi la entrevista con Olona, pero sí me llegaron sus ondas sísmicas. Otra cosa es si la mayoría de votantes ... de Vox le prestaron atención o les importan las graves acusaciones que hizo una de sus exdivas, porque en este país la política es tan sectaria que a poca gente escucha el mensaje ya que solo adoran o detestan al mensajero. Sea como sea, algo sí puedo decir: cuando toda esa derecha beata y de antiguo testamento estaba a los pies de Macarena, ya escribí sobre las alertas que me producía la «abogada del Estado e hija de guardia civil». Todo lo que denuncie ahora sobre Vox llega muy tarde; y toda nueva opinión que manifieste sobre el feminismo o los homosexuales, apesta a impostado. Sería injusto negarle la atención a lo que cuenta de los intestinos de su expartido o prohibirle el derecho a 'evolucionar' en su pensamiento. Pero si pretendía crear un nuevo partido para quitarle unos cuantos votantes a Abascal y poder ser la 'Errejón' de derechas, posiblemente su estrategia no sea la más acertada. Pero Olona, a diferencia de Íñigo, no necesita arrastrarse por cualquier fango populista porque ella no tiene la necesidad de seguir viviendo de la nómina del escaño.
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Llama la atención que la explosión televisiva de Macarena coincidiese con el aniversario del suicido entusiasta de Casado, ese eslabón perdido que el PP no sabe cómo tratar y que si Mariano llega a Moncloa este año acabará siendo rehabilitado de alguna manera por el partido. Porque la política en este país, insisto, es así: una especie de mezcla entre circo, jungla y secta exterminadora. Lo de Casado, empero, es algo poco comprensible incluso desde esas coordenadas, porque no solamente fue un desastre sin paliativos desde el punto de vista político, sino que llevó al propio partido al abismo de la implosión apocalíptica. Nada comparado con la ya desgraciadamente conocida historia de Pedro Tramp en el PSOE, que fue echado a patadas por los mismos que ahora están de rodillas ante él por mucho que ahora pretendan 'distanciarse' por el alto coste en las urnas que pueden recibir en el próximo mayo electoral.
Dice el entorno de Casado- sea lo que sea eso- que en la actualidad Pablo es muy feliz en su actividad privada y que no quiere nada de la política. Bueno, los que llevamos algunos años estudiando la naturaleza del zoom politikon sabemos que esto suele significar lo contrario: que está como loco por volver al ruedo y cobrarse la revancha, pero sabe que ahora no tendría opciones. Si le queda algún amigo verdadero a Casado, el mejor consejo que podría darle es que si puede vivir dignamente fuera de la política, que sea feliz y se olvide de esta, porque lo mejor que le podría pasar a la derecha y a los españoles es que no volviésemos a saber de él en ningún puesto de responsabilidad pública.
Retomando a Macarena, al leer muchos de los insultos que le dedicaban aquellos que hace pocos meses eran prácticamente sus siervos para lo que necesitase, recordé mensajes que recibí en su momento de excompañeros y examigos cuando empecé a criticar y señalar las vergüenzas desatadas del PSOE podemizado. También me dijeron que estaba resentido «por no conseguir un puesto», y no faltaron los que dijeron que estaba «traicionando» a mis ideales. Ideales, palabra tan hermosa que siempre utilizan los que menos conocen de ellos. Pero lo sucedido con Olona tiene una explicación simple: cuando estás dentro de un partido, no respiras más que su aire intoxicado; y aunque tengas la visión aun clara y sepas, perfectamente, lo que ves y lo que hueles, apartar la vista y huir hacia delante es el camino preciso y preferido para llegar lejos en tu ambición.
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