Mi limón, mi limonero

«El problema de ver a los políticos haciendo cosas de la plebe- como subirse a un escenario a cantar visiblemente contento- es que no sabemos si realmente son así, les gusta ser felices, o es una actuación imperativa por el mandato de esa colección de profesionales del tocomocho también conocidos como asesores»

Marcial Vázquez

Politólogo

Jueves, 11 de septiembre 2025, 22:47

Ya no podemos decir de Raxoi lo que dijo el Emérito de Arias Navarro- que era un desastre sin paliativos. Al menos a Mariano se ... le da bien una cosa: cantar mi limón, mi limonero. El problema de ver a los políticos haciendo cosas de la plebe- como subirse a un escenario a cantar visiblemente contento- es que no sabemos si realmente son así, les gusta ser felices, o es una actuación imperativa por el mandato de esa colección de profesionales del tocomocho también conocidos como asesores.

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Precisamente una de las causas que ha llevado a la izquierda actual a su naturaleza totalitaria es su apuesta permanente por el estado del malestar; es como si al progresismo le molestara la felicidad del ciudadano, ya que según la nueva religión climática sostenible hay que estar amargados todo el día porque el planeta se va a la mierda y todo es poco para salvarlo. Frente a esto tenemos la reacción contraria: una derecha de las botas para la cual todo es el apocalipsis interminable que solo puede evitarse volviendo al catecismo, si eres mujer a la cocina y si eres gay al armario.

En este sentido nos quieren convencer de que la respuesta a un extremo es el extremo contrario, cuando no existen opciones radicales óptimas ni para la sociedad ni para la democracia. Lo llamativo es que aparecen encuestas del CIS donde señalan que la mayoría de españoles son «moderados», a pesar de que luego en las urnas castiguen a los políticos o a los partidos que se alejan de los extremos. Mi opinión es que muchos encuestados mienten porque un rasgo típico del español medio es su hipocresía y su cobardía.

La semana pasada hablaba de la importancia de contar con hombres de Estado al frente de las instituciones. Y en pruebas como la apertura del año judicial se comprende por qué ahora mismo eso no existe en nuestro país. Empezando, claro está, por un Fiscal General del Estado que se niega a dimitir y siguiendo por el Presidente del Gobierno que no le obliga a irse a su casa. Pero, como es habitual, el Pepé Today no podía dejar pasar la ocasión de hacer el ridículo con la negativa de Raxoi de asistir al acto de apertura por la presencia del Fiscal General. En primer lugar, se quita el foco del fiscal para ponerse en el líder de la oposición (sic); y, para seguir, se demuestra que el centrismo soplagaitas siempre acelera cuando tiene que frenar y frena cuando tiene que acelerar. Lo que le pasa a Raxoi es que ve que se le acaba el tiempo para ser presidente y empieza a aceptar cualquier cosa que le aseguren que le da más puntos en las encuestas. Aun así, también es cierto que dentro de una semana ya absolutamente nadie se acordará ni del acto ni de las ausencias.

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Aparece el típico estudio de un chiringuito de estos que se llaman institutos internacionales sobre la calidad de la democracia, que está muy jodida en el mundo entero. La cuestión es que ya lo sabemos desde hace muchos años, pero seguimos- como diría el inútil de Tellado- cavando la fosa sin que nadie sepa cómo pararlo. Esto es el resultado de diversos factores, pero uno de ellos clave: las élites actuales que nos gobiernan. No hay más que ver al mejor producto de la moderación liberal de nuestro tiempo, Emmanuel Macron, un inepto ilustrado muy engreído que ha llevado a su país al borde del abismo y que ahora quiere disfrazarse de Napoleón para meternos en una guerra contra Putin. La mindundi de Kaja Kallas emocionada porque cree que ahora ha llegado su momento.

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