Democracia multirracial
«Lamento decir que yo estoy en el lado opuesto de los todólogos modernos, y pienso que una democracia real y funcional debe construirse sobre una idea del bien común y una sociedad cohesionada desde un punto de vista legal y cultural»
Uno de los rasgos más lamentables de la moderna ciencia política es su obsesión por inventarse nuevos conceptos que no hacen más inteligible la política ... sino todo lo contrario: la fraccionan en nichos de negocio académico donde cada cual ejercer su influencia. De ahí la cantidad de adjetivos que le han ido poniendo a la tradicional democracia liberal, la única que existe y, hasta hoy, la única posible: que si popular, que si multicultural, que si cyberdemocracia… y, por supuesto, un concepto muy frecuentado últimamente como la democracia multirracial o multiétnica, a gusto del consumidor. Hasta tal punto que ciertos teóricos, sobre todo americanos, casi siempre opuestos a las políticas de Trump, nos explican que si no se construye una democracia sobre la base de las razas, las etnias o las culturas que forman una sociedad, esa democracia es falsa y opresora.
Publicidad
Hay muchos que se escudan en cómo cambian las cosas con el paso del tiempo para reinventarse conceptos político-sociales que pueden sonar rompedores, pero únicamente aportan retroceso y confusión a la vida pública. Pensemos, por ejemplo, en estafas, digo palabros, como «resiliencia», «sostenible», «inclusivo», que engloban una serie de imposiciones destinadas a empeorar la vida de la gran mayoría y beneficiar los bolsillos de una desvergonzada minoría.
Esto nos lleva a que los debates no se abordan desde la razón, ni desde la realidad, sino desde el sectarismo ideológico y los cálculos- no siempre certeros- electorales, lo que supone un grandísimo problema cuando nos enfrentamos a desafíos tan importantes como es el proceso de inmigración e integración en las sociedades modernas: o bien nos encontramos con populistas sin actividad neuronal que nos explican que ningún ser humano es ilegal; o con racistas repugnantes que nos cuentan que todos los inmigrantes llegan al país para delinquir. No hablemos ya de las delirantes teorías del gran reemplazo de la extrema derecha más extremadamente imbécil. Por supuesto que los efectos de la inmigración no son exclusivos de España, pero es de ilusos creer que en la Unión Europea se va a abordar de manera seria y conjunta una política común de inmigración.
Y si, como siempre se ha dicho, la política exterior debe contar con unas líneas de actuación respetadas por los sucesivos gobiernos cual política de Estado, no menos importante es tener claro cómo afrontar el desafío o problema de la inmigración en nuestro país. Lo que pasa es que las consecuencias de lo que no se resuelve ni se afronta no tardan en llegar y pocas veces son agradables de padecer, sobre todo para la mayoría de la clase trabajadora. Lamento decir que yo estoy en el lado opuesto de los todólogos modernos, y pienso que una democracia real y funcional debe construirse sobre una idea del bien común y una sociedad cohesionada desde un punto de vista legal y cultural. Esto no significa la imposición de un modelo único, sino todo lo contrario: si no existe algo compartido entre millones de personas, dudo mucho que pueda existir una ciudadanía plena.
Publicidad
Las coces de Cox respecto a los problemas con la inmigración en España atentan gravemente contra la misma idea de democracia, de legalidad, de inteligencia y, por supuesto, de humanidad. Las estupideces salidas de las mentes podemitas al respecto, directamente pisotean la función crebral y conllevan a alimentar el racismo primario, por paradójico que parezca. La última idea del Pepé Today es que Feijóo Superstar se nos presente como una especie de Abascal descafeinado, pero con mano dura contra los inmigrantes que se portan mal. Por desgracia, nuestro problema va más allá de la delincuencia, pero en las recientes ponencias pepeiras estaban más ocupados en defender las corridas de toros.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión