La amnistía no será lo peor
«Mientras Pedro sigue pisoteando al Estado de derecho y socavando la democracia, Raxoi es incapaz de hacer otra cosa que ir de presidente manifestante cada par de semanas para contarnos exactamente lo mismo que el mes pasado»
Leo en las redes y en todos los medios anti-trampistas relatos apocalípticos por la aprobación de la ley de Amnistía. Unos- el centrismo soplagaitas- ... anunciando que el PSOE ha muerto; y otros- los de la derecha ultrafina- afirmando que se ha producido el mayor golpe a la democracia desde el 23-F, como mínimo. Lamento decir que al margen del evidente atentado al Estado de derecho y democrático que supone premiar al golpismo catalán, ni el partido trampista está muerto ni esta ley ilegal e inconstitucional supone el mayor desastre democrático desde 1978. Primero, porque nuestra historia democrática cuenta con casi mil muertos por ETA que lo han sido en vano; y, después, porque el mayor peligro para nuestra democracia ha sido y será, mientras exista, el bloque de poder que sostiene al Caudillo socialista.
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Consumada la Amnistía, ahora la clave estará en las vueltas de campana y las ruedas de molino que irá preparando toda la artillería mediática al servicio del PSOE- empezando por esa mamporrera pagada con mis impuestos llamada Intxaurrondo- para colarnos un referéndum sobre la identidad de Cataluña, el futuro de los catalanes o cualquier otro invento fraudulento que se les ocurra. Lo malo de llevar tanto tiempo hablando de la ley de Amnistía es que parece que han pasado varios lustros desde que se aceptó la idea de la derrota de los demócratas y la victoria del separatismo catalán totalitario y xenófobo. Hay quien se sorprende aún por lo que ha pasado y pone una y otra vez las declaraciones de Tramp asegurando que no habría amnistía. Esto es una muestra de la impotencia de la oposición que sigue utilizando los mismos tirachinas de hace unos años contra ese gigante de la mentira y la desvergüenza absoluta que nos desgobierna.
Porque mientras Pedro sigue pisoteando al Estado de derecho y socavando la democracia, Raxoi es incapaz de hacer otra cosa que ir de presidente manifestante cada par de semanas para contarnos exactamente lo mismo que el mes pasado. Tuve la ocasión de escuchar algunos cortes de la última romería electoral del PP y juro que he visto videos de lirones desperezándose de su hibernación con más carisma, brío y ganas de vivir que el discurso del líder del PP. Luego nos dirán que bueno o malo no hay más alternativa que el centrismo soplagaitas al peronismo trampista; pero siendo esto una desgraciada verdad, no quiere decir que la única alternativa, a este ritmo, consiga ser alternancia.
La enésima muerte del PSOE y de la democracia me recuerda a alguien que después de numerosos juicios y una persecución obsesiva de los medios de izquierdas contra él- especialmente «El País»- ha vuelto del más allá: Paco Camps. Camps ha sufrido más de 150 portadas de periódico contra él- ningún terrorista se le acerca ni de lejos- y ha sido exculpado en todos los juicios celebrados por la corrupción en Valencia. El ex presidente valenciano es un ejemplo de esa política cobarde y cainita que practicó la derecha con él y Rita Barberá, principalmente; con la suerte de que el primero sigue más vivo que nunca y lo esencial que ha hecho tras el fin de su calvario judicial es reclamar su vuelta a la primera línea de la política. Porque Camps es inocente, pero no un héroe de nuestro tiempo: él solo quería pasar el viacrucis para volver al lugar de donde nunca debió haber salido. Ya veremos si el centrismo soplagaitas considera aprovechable su figura de mártir.
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