Renaturalizar
Por lo que se ve, se trata de renaturalizarlo todo: redes urbanas, ríos, murallas, espacios naturales, arenales, espacios artificiales,puentes, paseos, canteras, patios escolares, ciudades...
La palabra no está –todavía– en el diccionario, pero está invadiendo el lenguaje administrativo, tanto en los ayuntamientos como en el gobierno. Todos multiplican –progresiva ... y acumulativamente– los proyectos de renaturalizar.
Publicidad
Por lo que se ve, se trata de renaturalizarlo todo: redes urbanas, ríos, murallas, espacios naturales, arenales, espacios artificiales, puentes, paseos, canteras, patios escolares, ciudades... todo es objeto de la ambición de renaturalizar.
Es un palabro de moda, aunque todavía no haya adquirido la popularidad de aire progre que cabe augurarle a corto plazo. Ocupa ya un lugar destacado en los propósitos políticos de las variadas instancias que nos gestionan.
Hay una razón del imprevisto éxito del término 'renaturalizar'. La Unión Europea da fondos para acciones de este cariz, con lo que nuestros mandamases se ven con barra libre. Como además suena a ecologismo en estado puro, miel sobre hojuelas. Nos renaturalizan a mansalva, como si fuese la ilusión de toda nuestra vida, aunque justo acabamos de conocer la palabreja.
Publicidad
Como todas las venturas que nos llegan, este bendito verbo tiene un problema en el uso que se le da. Dicen los especialistas que renaturalizar se refiere al proceso de restaurar el equilibrio natural de un ecosistema, manteniendo biodiversidad y eliminando intervenciones artificiales. Ese será el propósito que anima a la Unión Europea.
Otra cosa es el modo con que lo utilizan. Por lo que se colige, desde el punto de vista de nuestros próceres cabe «renaturalizarlo» casi todo, aunque sorprenda. ¿Cómo se puede renaturalizar la muralla de Zamora? ¿Tenía un ecosistema propio? Cuesta creerlo. ¿Cómo se renaturalizan los patios escolares?
Publicidad
Da la impresión de que se están reinterpretando a la baja las intenciones ecológicas de los mandos europeos, imaginando que cualquier intervención positiva en el paisaje o el ambiente es renaturalizar. Así, el nombrecito de marras pierde el sentido para el que se creó y se equipara a cualquier acción bien intencionada en la que se plantan árboles, se asea el entorno o mejora el paisaje. Eso, aunque no tenga nada que ver con los equilibrios de ecosistemas. Con tal de hacerse con fondos públicos, cualquier cosa. Hay un «plan de recuperación, transformación y resiliencia» del gobierno de España, que cabe suponer da por buena cualquier iniciativa.
Sí parece tener el sentido esperado la renaturalización del río Guadalfeo, que pretende recuperar y mejorar el hábitat de dos especies en peligro de extinción, además de reforestar sus márgenes. ¿Es renaturalizar el proyecto para el río Monachil? Seguro que destrozar sus orillas no lo es; sin duda están bien los puentes de madera, pero cuesta pensar que este punto de la iniciativa sea naturalizar.
Publicidad
Como cuando se pretende la «renaturalización urbana» de algún municipio, pues suena contradictorio, o renaturalizar una plaza, o renaturalizar lo industrial. Quizás se identifica renaturalizar con introducir mejoras medioambientales.
Atendiendo a la forma en que se degradan las palabras de la neolengua posprogresista, pronto renaturalizar se convertirá en una vaguedad imprecisa que sólo deje clara la buena intención que se atribuye su promotor.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión