Manos Unidas: ¡no a la indiferencia!
Bajo el lema 'Nuestra indiferencia condena a los pobres al olvido', queremos alzar la voz, una vez más, ante el creciente olvido que se está instaurando en nuestro mundo
Un año más 'Manos Unidas' lanza su campaña contra el hambre. Y la tarea que nos plantea para el año 2022 es evitar que el ... muro de la indiferencia y de la desigualdad condenen al olvido a más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas. No podemos ni debemos permanecer impasibles ante la desigualdad que condena al olvido y a la marginación a mujeres, niños, ancianos y personas que representan a los desheredados de la tierra.
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Han transcurrido 63 años desde que unas mujeres de la Acción Católica Española –indignadas y sobrecogidas por las cifras y el efecto del hambre– decidieron enfrentarse al problema, poniéndose manos a la obra para combatir lo que todavía hoy es una de las mayores y más vergonzosas lacras que afectan a la humanidad: ¡el hambre…!
El Papa Francisco, con motivo de la celebración de la I Jornada Mundial contra el Hambre, describió tal actitud con estas palabras: «La omisión es el mayor pecado contra los pobres. Aquí adopta un nombre preciso: indiferencia». Decir 'no es algo que me concierne, no es mi problema, es culpa de la sociedad', es indiferencia. Mirar para otro lado cuando el hermano pasa necesidad o cambiar de canal cuando una cuestión seria nos molesta, es indiferencia. También indignarse ante el mal, pero no hacer nada para evitarlo, es ser indiferente.
Bajo el lema 'Nuestra indiferencia condena a los pobres al olvido', queremos alzar la voz, una vez más, ante el creciente olvido que se está instaurando en nuestro mundo, pues constituye uno de los mayores desafíos de nuestra institución y deseamos anunciarlo en la actual campaña, pues el hambre y la desigualdad son dos caras de una misma moneda.
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Para transformar este mundo desigual, tenemos que cambiar nuestro pensamiento, nuestro estilo de vida y nuestra mirada sobre la pobreza. Manos Unidas lleva 63 años haciéndolo. Necesitamos generar nuestros compromisos que hagan realidad y transformen las condiciones de vida de millones de seres humanos considerados como 'descartables', sobre todo en este momento en el que un reto global –una pandemia– han incrementado todavía más la desigualdad. «Mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia –afirma de nuevo el Papa Francisco– otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada, y sus derecchos fundamentales ignorados o violados».
Ante la dramática situación que vienen sufriendo los pobres del Tercer y Cuarto Mundos, se ha de imponer, sin más dilaciones:
a) La movilización de conciencias, a nivel universal;
b) La ayuda efectiva a los países que están sufriendo lo que están sufriendo (¡que no es poco!)
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c) El riguroso control de estas ayudas por parte de la ONU y de sus agencias especializadas, para evitar el desvío malintencionado de estos recursos por otros derroteros injustificados y abusivos, que han dado lugar a la denuncia y al clamor de los defensores de los pobres y de los hambrientos, que son, en nuestro planeta, una aterradora mayoría.
La Delegación de Manos Unidas de Granada colabora este año con 9 proyectos que suman un total de 543.735,00 euros. Se desarrollarán en países empobrecidos de África, Asia y Latinoamérica. Dentro del sector de la alimentación contamos con tres proyectos: uno, en Guatemala y dos en Haití. En Burkina Fasso, uno de contenido educativo; otro de salud en Palestina; de derechos humanos en la India, y, finalmente, otros tres proyectos relacionados con los derechos de la mujer en Ecuador, Guatemala y República del Congo.
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Esperamos –cómo no– la generosa respuesta de los católicos granadinos ante el grito y la desesperada demanda de los pobres y excluidos del Tercer y Cuarto Mundos. No lo dudamos. ¡Son nuestros hermanos/as!
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