El PTS, un lujo para Granada
He pasado los últimos 34 años en el extranjero como director de sede del Instituto Cervantes en nueve países, y en todos ellos tuve que utilizar sus servicios médicos. Les garantizo que ninguno como los del PTS granadino
El pasado 20 de julio sufrí un terrible accidente de bicicleta. Me dirigía a Dúrcal, donde resido, y bajando la cuesta que va desde la ... urbanización de El Puntal, a la zona denominada el Aguadero, donde en sentido contrario hay un tercer carril con un stop para los vehículos que van a entrar a El Padul, se produjo el terrible accidente.
Publicidad
Aquel día había salido de Dúrcal con mi amigo José María Pérez Guzmán por la tarde y el sol todavía picaba lo suyo. Todo fue muy bien en el trayecto de ida y, aunque yo iba con una bicicleta eléctrica, no podía seguir el ritmo de José, que llevaba una bicicleta normal.
En el trayecto de vuelta, al iniciar el descenso hacia el cruce de El Padul, me propuse alcanzarlo. La inercia de mi peso y el de la bicicleta, harían lo que no habían podido hacer mis piernas.
Siempre freno en esa zona pues no me fío de los coches que están haciendo el stop a esas horas, al quedar deslumbrados por el sol. Cuando bajaba a toda velocidad, vi un camión que estaba parado haciendo stop que dejó pasar a mi compañero. Pensé que me había visto a mí también y pedaleé con más fuerza. No recuerdo nada más, el chófer del camión, totalmente deslumbrado por el sol, no me vio y salió cuando yo pasaba. El golpe a más de 70 km/h fue impresionante.
Todo lo que ocurrió a continuación está confuso en mi mente. Creí verme desde arriba tumbado mientras me auxiliaban dos personas. Cuando recuperé la conciencia, vi a José, junto con mi amigo Gerardo muy angustiados diciéndome que no cerrara los ojos. A mí no me dolía nada, pero me horroricé al ver mi pierna retorcida como un sacacorchos.
Publicidad
Al llegar la ambulancia con mi esposa, pedí que me llevaran a La Inmaculada o al Hospital Vithas, pues yo era un funcionario jubilado, y esos eran los hospitales que me correspondían. El personal de la ambulancia me dijo que no, que todos los accidentes de tráfico, se llevaban al PTS. El trato del personal de la ambulancia fue excepcional. Se quedaron con mi esposa hasta altas horas de la madrugada, dándole información puntual sobre mi estado.
Al igual que hay que denunciar las cosas que no van bien en Granada, también hay que contar las que funcionan tan bien como es el caso del PTS
Media hora después, en una especie de duermevela, y con mi esposa diciéndome que estaba hecho un 'ecce homo', llegamos al PTS. Allí uno de los médicos dijo que me pasaran al sector de críticos que estaba muy mal. Tenían que operarme la pierna izquierda de una triple factura abierta de tibia y peroné.
Publicidad
No quiero cansarles con los pormenores de la operación, lo que este artículo quiere contar es la profesionalidad, el cariño y la eficiencia de todo el personal de PTS. En mi habitación había un señor de Valencia que tenía la cabeza medio perdida y enormes problemas para defecar. Una mañana le vino todo lo que no le había venido durante una semana y me pareció, por el cariño con el que le trataban, que quienes le lavaban y cambiaban la ropa, no eran asistentes del hospital sino sus hijas. La cara de bondad de aquellas dos mujeres, sin expresar ninguna repulsión, y las palabras de cariño con las que se dirigían al enfermo, hicieron que se me saltaran las lágrimas.
Yo había pasado los últimos 34 años en el extranjero como director de sede del Instituto Cervantes en nueve países, y en todos ellos tuve que utilizar sus servicios médicos. Les garantizo que ninguno como los del PTS granadino. Dirán muchos, que algunos de esos países pertenecían al tercer mundo, pero es que estuve también países del primer mundo como El Reino Unido, Corea del Sur o Japón, y sinceramente me quedo con el PTS.
Publicidad
Mi satisfacción siguió aumentando en las curas y citas que, tras la operación, tuve y sigo teniendo, por su excelente organización. Es extraordinario el sistema que tienen recordándote por sms la fecha de tu cita. El mecanismo con el que puedes darte de alta a la llegada el día de la cita con tu tarjeta sanitaria o tu DNI. O el sistema de llamadas, donde ves en pantalla el orden de atención a los enfermos.
En la consulta, te encuentras con el cariño, la profesionalidad y diligencia de los médicos con una atención personalizada en la que dedican el tiempo necesario a cada enfermo. Te animan además a que les expongas tus dudas, contestando con cariño a las preguntas que les diriges. Yo creía que el médico no pasaba más de dos minutos con cada paciente, pero en mi experiencia la media de consulta fue superior a los 10 minutos.
Publicidad
Necesitaba también rehabilitación y me preguntaba cómo hacerla. A comienzos de octubre el traumatólogo me dijo que derivaba mi caso a rehabilitación y que lo ponía como urgente. Me habían dicho que la lista de espera era de casi un año. Sin embargo, dos semanas después me llamaron asignándome tres días de rehabilitación a la semana. Una ambulancia me recogería, en función de los pacientes de la zona.
El trato y profesionalidad de Javi, el fisio que me asignaron, junto a los demás profesionales a los que he visto atender a otros enfermos fue increíble. Algo realmente excepcional.
Al igual que hay que denunciar las cosas que no funcionan, también hay que contar las que funcionan tan bien como es el caso del PTS. Todo un lujo para Granada.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión