Pensar diferente no me hace mejor, pero hace mejor el mundo si tú y yo somos capaces de enlazar nuestros pensamientos. Es cuestión también de ... actitudes, de interaccionar entre nosotros de tal forma que no perjudiquemos el uno al otro, más bien agrandar nuestro universo mental. Buscando la destrucción del otro se llega a destruirnos, aunque sea en parte, también a nosotros mismos, porque la heterogeneidad es la base de la vida y del avance natural y social. Lo distinto enriquece. En la base de todo está el respeto, intentar comprender al otro, lo que se llama ponerse sus zapatos, empatía. Pero para eso hay que ser libre, hay que estar preparado mentalmente. No es cuestión de inteligencia, es más bien la aplicación de la inteligencia propia que cada cual hace. No deberíamos siquiera intentar obligar al otro a funcionar vitalmente según nuestros valores o principios, porque esto sería pensamiento único. Es autoritarismo y curiosamente en él se escuda quien lo hace en una aparente lucha contra el fascismo cuando así actúa. Es el lobo con piel de lobo. Mejor convencer, mejor educar. Hoy los totalitarismos están en auge y lo percibimos si miramos cerca, a veces tan cerca que sin hacer nada nos salpica. Quienes deben estar vigilantes para que eso no ocurra prefieren mirar hacia otro lado para evitar, tal vez, que les salpique a ellos, y optan por hacer de policía de lo simple y banal en lugar de atender los ataques a las libertades bajo banderas de una falsa libertad. Por eso debemos vigilar todos. Lobo con piel de lobo en un mundo que no sabemos cómo queremos que sea. Utopías e imaginación al poder.
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