Puerta Real

El nuevo profesor

Éxito escolar es el triunfo académico; éxito educativo es preparar para la vida

Juan Santaella

Granada

Miércoles, 27 de agosto 2025

A la memoria de mi entrañable amigo y excelente persona, Manolo Cabrero, que tanto sabía de profesores y alumnos.

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Comienza un nuevo curso, y la ... escuela ha de adaptarse a una sociedad en permanente mutación. Desde ella, hay que repensar cuáles son las nuevas competencias que hemos de fomentar en nuestros alumnos, así como, su formación ética, intelectual y laboral.

La escuela ha de favorecer el acceso al mundo laboral con nuevas exigencias. Una sociedad tan compleja necesita mano de obra muy cualificada. Desde ahora hasta 2030, Europa necesita crear 46 millones de puestos de trabajo de alto nivel, y si la escuela europea no los forma habrá que acudir a otros países que sí lo hacen como China o India.

Debe ser consciente, también, de su responsabilidad ética. Hace poco, el filósofo Macintyre acusó a la universidad de no tener «un proyecto ético» y eso es muy grave. La escuela debe tener ese proyecto donde se desarrollen las virtudes intelectuales, afectivas y éticas necesarias para una vida feliz y para una justa convivencia.

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En esa nueva escuela, es el profesor el que ha de iniciar el cambio educativo. Cuando Jean Piaget visitó la escuela Don Sierot, dirigida por Korczak, afirmó: «Un hombre maravilloso, capaz de confiar en los niños de los que cuidaba, hasta el punto de dejar en sus manos las cuestiones de disciplina y encomendar a algunos de ellos las tareas más difíciles». Cuando llegó la barbarie nazi, Korczak no quiso abandonar a sus alumnos huérfanos y los acompañó al campo de exterminio de Treblinka, donde murió con ellos.

Hoy en día, al hablar de la profesión docente hay que hablar también de su entorno, porque ya no es posible imaginar a un maestro aislado en su clase, sino en íntima relación con su entorno, con los demás compañeros, con otras escuelas, con instituciones, con las familias, con las nuevas tecnologías, etc. Hoy hemos de hablar de una escuela inclusiva y expansiva, que salga de sus muros y conecte con la sociedad.

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Todo cambio educativo precisa protagonismo de los docentes. Sin la calidad del docente el cambio no es posible. Según Eric Hanushek, Thomas Kane y William Sanders, expertos economistas y estadísticos de la educación, los alumnos asignados a profesores con alta capacitación logran avances tres veces superior a los de profesores de baja cualificación. Base importante para esa cualificación es la vocación. En Finlandia, los aspirantes a la profesión de maestros, ante la pregunta de ¿Por qué ha elegido esta carrera? Casi todos contestan: «porque amo a los niños».

Según Stuart Shanker, «Estamos ante una revolución educativa en la teoría y en la práctica: el modo de actuar de un alumno en la escuela depende de que sepa autorregularse –control de emociones y de comportamiento–, siendo la autorregulación un factor más importante que el CI». En esto, la labor de padres y docentes es fundamental.

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En última instancia, como se puso de relieve en la Cumbre Social de Gotemburgo, las competencias educativas dependen del modelo de ciudadano que queramos fomentar, y éste del tipo de sociedad a la que queremos llegar. No olvidemos que éxito escolar es el triunfo académico, pero éxito educativo es la preparación para la vida. Por ello, la acción educativa debe basarse en tres niveles: el aula, el centro y la comunidad en la que se inserta la escuela.

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