Puerta Real

Educación sexual

Los jóvenes necesitan formación sexual antes de empezar a tener relaciones

Juan Santaella

Miércoles, 3 de mayo 2023, 23:05

El Presidente del TSJA, Lorenzo del Río, manifestó la semana pasada, al presentar la Memoria del funcionamiento de la Justicia en nuestra comunidad, durante 2022, ... su preocupación por el «aumento considerable» de la violencia sexual entre menores de 14 años, que él vincula al acceso precoz al porno, en las redes sociales, sin que existan controles efectivos.

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Estamos asistiendo a una nueva etapa en las relaciones sexuales en la juventud. Hace 20 años, cuando se preguntaba en las aulas por qué una pareja tenía una relación sexual, se respondía que era porque se querían, o porque querían tener hijos (algún 'valiente' afirmaba que por placer y los demás se reían). Si lo hiciéramos hoy, casi todos hablarían del placer. Se ha disociado el amor de las relaciones sexuales, y éstas se han convertido en algo mecánico, para las que no es necesario conocer al otro, ni tenerle cariño. Basta el placer para que éstas se produzcan, incluso en el primer encuentro de la pareja.

En nuestra juventud de antaño, en parte por formación religiosa y, también, por influjo social y por convicciones, no se podía disociar la relación sexual del amor, es más, lo ortodoxo era que el acto sexual se guardase para el matrimonio. Ese rechazo al placer aún sigue vigente en los postulados de la Iglesia Católica (que no ha evolucionado nada), pues solo concibe el acto sexual aceptable cuando está abierto a la procreación, considerando pecaminoso el preservativo o cualquier otro medio de control no natural de la natalidad. Hoy, sin embargo, la edad de la primera experiencia amorosa se sitúa en torno a los trece años, y sin preservativo, con lo que se incrementan las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.

Desde muy jóvenes, al tener acceso fácil a teléfonos móviles, y a otros medios electrónicos, conocen el porno, donde, además de no utilizarse preservativo, las relaciones suelen ser machistas (la mujer aparece como una esclava sexual). Estas películas son demoledoras para la juventud, y explican la cantidad de violaciones y abusos sexuales existentes.

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Por todo lo anterior, es necesaria una educación sexual en la escuela, sin menoscabar la labor fundamental de la familia, donde, desgraciadamente, casi nunca se habla del tema. Según Mar Vera, miembro de la Sociedad Española de enfermedades infecciosas, «las personas necesitan formación sobre salud sexual antes de empezar a tener relaciones. Deben conocer los riegos que corren y las responsabilidades».

Desde la familia y desde la escuela (también desde los medios de comunicación y desde los ámbitos sociales) hemos de formar a nuestros niños y jóvenes, para que entiendan que la sexualidad es un medio que el ser humano posee para ser feliz. La sexualidad, hemos de transmitirles, no está solo en la genitalidad, sino que es algo mucho más amplio, que guarda una estrecha relación con el afecto, con el cariño y con las relaciones humanas, y que su desarrollo, como el de otras tantas facultades humanas se va adquiriendo con el tiempo, sin que sea necesario iniciarse en ella cuando se es inmaduro para realizarla. La plenitud de la sexualidad, tanto para evitar enfermedades, como para concebir una criatura, como para lograr una estabilidad efectiva y un desarrollo personal adecuado, requiere madurez y un uso responsable. ¡Eso es la educación sexual!

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