¿Quién se acuerda de Granada?

La Universidad de Granada está pidiendo con insistencia a la comunidad autónoma la implantación del grado de Ingeniería Eléctrica y Energética, y el de Ciencias de Datos e Inteligencia Artificial, y el master en Ingeniería Industrial, pero la Junta lo rechaza por no haber demanda de alumnos en otras universidades andaluzas que los tienen. La Universidad de Granada esgrime «los estudios de demanda»; y el apoyo del Consejo Social, de los colegios profesionales, y de numerosas empresas de los sectores tecnológicos y productivos relacionados con estas titulaciones, que manifiestan no encontrar titulados en estas materias, debido a los proyectos estratégicos que tenemos: el acelerador de partículas y la inteligencia artificial, claves para el nuevo modelo productivo de nuestra provincia.

Se pide, con argumentos, al Gobierno de la nación, desde la Junta y desde todas las instancias provinciales, la Agencia Estatal de Salud Pública, en tanto que la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) de Granada, de gran prestigio internacional, asesora de la OMS, queda integrada en el nuevo Instituto de Salud de Andalucía, con sede en Sevilla, perdiendo su entidad y autonomía. Es una incongruencia pedir la agencia estatal, al tiempo que cerramos el organismo de más prestigio que Granada tiene en investigación y divulgación sanitaria. Lo lógico es que se retire del proyecto de ley la extinción de la EASP y se ubique en Granada el Instituto que se pretende construir en Sevilla, y, así, será más creíble la petición de la agencia.

En el Parque de las Ciencias, de prestigio internacional, también, la Junta ha trasladado su gestión económica a Sevilla. Debido a ello, empieza a aparecer un deterioro (módulos que no funcionan, piezas que reponer, jardines abandonados…) derivado de un sistema de gestión que no funciona. Aquí la administración económica debe estar dirigida y ejecutada desde el propio centro, para atender de inmediato cualquier emergencia que surja. Si al Parque de las Ciencias le quitamos su autonomía funcional, administrativa y económica, no puede funcionar igual. Además, la Junta prepara la creación de un Instituto Andaluz de Divulgación Educativa de la Ciencia en Málaga, cuyos objetivos son los mismos que tiene nuestro Parque. Sin duda, este proyecto servirá para quitarle pujanza al ya acreditado centro de Granada, que podría ser, con apoyos y autonomía, el gran centro de educación y divulgación medioambiental y científico de Andalucía (que ya lo es), y de Europa del Sur.

Negándonos lo que merecemos (AIA y Grados universitarios), y eliminando o empobreciendo lo que funciona (EASP y PC), ni se enriquece nuestra tierra ni prospera Andalucía. No se trata de seguir centralizando poder y proyectos, sino descentralizar y potenciar lo que ya existe, sobre todo si funciona y, además, está ubicado en provincias deprimidas, como indican los marcadores económicos de Granada.