Se fue el calvo, vino el caldo
«Nos han robado la esencia del sorteo, primero fue desterrar al calvo, después fue asestar una puñalada trapera con forma impuesto al premio y lo siguiente ha sido 'repartir' la suerte»
Puede resultar un tanto extraño o caprichoso, pero les pido que hagan un ligero ejercicio de telepatía con su involucionista de cabecera. No es un ... truco de magia y les aseguro que la conexión va a ser total, ríanse de la fibra móvil. Cierren los ojos y recuerden velozmente la imagen del 'Calvo de la Navidad'. ¿Lo perciben, no?, ya hemos conectado, a todos nos ha venido a la mente ese musiquilla, ese soniquete sin letra, unos acordes que anunciaban las fiestas que finiquitan el año y dan la bienvenida a otro colmado de incertidumbre, como siempre, y de buenos propósitos que casi nunca se cumplen, o es que ustedes han aprendido inglés o tienen por abdomen una tableta de chocolate. Pero qué más da, si el problema no es si dominamos un idioma o si hemos conseguido una cintura de avispa, el conflicto radica en que ya nada es como antes.
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Si es que era ver la silueta del misterioso alopécico en la página del periódico, inmortalizado en la marquesina del autobús o en la televisión y el corazón te daba un vuelco. Ahora ya no. El desconocido personaje dio paso a otros que sin pena ni gloria intentan hacer que el espíritu navideño colme el cuerpo de propios y extraños, pero no lo consiguen. Da hasta mal rollo ver el anuncio de la Lotería de Navidad. ¿Saben por qué? Pues porque el calvo era sinónimo de alegría y de dinero y ahora no. Ahora la intérprete que protagoniza el spot es lastimera y está tiesa como la mojama, te dan ganas de servirle un caldito de gallina a ver si se le sonrojan sus grisaceas mejillas.
Acabamos de volver a conectar. Nos han robado la esencia del sorteo, primero fue desterrar al calvo, después fue asestar una puñalada trapera con forma impuesto al premio y lo siguiente ha sido 'repartir' la suerte. Pero, ¿qué reparto es este?. Si el gordo se ha quedado famélico de recorrer tantas administraciones y despachos de apuestas.
Hace poco más de dos décadas, el 22 de diciembre de 2002 'lo pelat', si ya se lo 'parlo' en catalán, vayan aprendido que falta nos va a hacer visto lo visto y ahora que está apunto de arrancar el año contémplenlo como una obligación. A lo que iba, el pelado irrumpió en Vélez-Rubio como el que no quiere la cosa, como si se hubiera despistado en su deambular y hubiera puesto rumbo a la comarca de Los Vélez. Recuerdo que estaba en Huércal-Overa, acababa de desayunar y mi Nokia parecía estar de fiesta con tanto meneo e iluminación. El equipo de fútbol, que iba en autobús camino de la capital para enfrentarse a El Oriente, había repartido 160 kilos en el pueblo. Arranqué mi coche y para Vélez-Rubio donde me aguardaba la sin igual Encarni Salas para inmortalizar con su EOS la alegría exterior de los vecinos, porque la interior era imposible, era muy complicado plasmar en una foto la risa de los huesos.
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En la plaza que cobija la Iglesia de la Encarnación y el Ayuntamiento nos encontramos y decidimos buscar a alguien que pudiera ilustrar como nadie lo que acababa de pasar y lo encontramos. Vaya si dimos con esa alma, nada caritativa por cierto y algo beoda. El tipo en cuestión estaba sentado en la zona superior del banco de madera ubicado ante la puerta de un bar. La marabunta estaba en el centro de la plaza alternado con un ejército de enchaquetados con corbata suministrados por las entidades financieras más insospechadas que se recuerdan. Iban a la caza de los décimos con los que dar un sentido al balance de resultados de cada sucursal. Eran otros tiempos y otros negocios. La cosa no parecía ir con él y allí estábamos junto banco hablando con este hombre al que le costaba entablar conversación, pero el brillo de sus ojos le relataba. Mientras el resto, unos auténticos 'tiesos' haciendo alarde de ser portadores de un décimo entero o casado daban saltos, éste se mantenía tranquilo sentado. Ya les digo que tenía una de esas miradas que no se olvidan. El joven responsable de una empresa que ejecuta trabajos medioambientales siempre jugaba a la lotería y como su negocio consistía en picotear en muchas empresas, cansado de compromisos loteros, había decidido adquirir varios billetes de Lotería al equipo de fútbol del pueblo para ir cambiando como si fueran cromos con otros empresarios. Pero claro, no tuvo medida y pasó lo que pasó.
Tenía que preguntarle una obviedad, porque ya les digo que sus ojos eran el espejo del alma, cuánto le había tocado y su respuesta, no se me olvidará nunca fue: «No lo sé, esto». En ese momento debió imbuirle el espíritu de Juan Tamariz porque tras meter su mano en el bolsillo trasero del pantalón, con una agilidad impropia, hizo el mismo movimiento que ejecuta en cada uno de sus trucos de cartas el prestigioso mago que abre de un golpe la baraja de naipes. Entre su pulgar y su índice se conformó un abanico de 12 décimos de lotería. Si piensan que si estuve tentado a darle un mamporro, apoderarme de las participaciones y salir corriendo, no se lo voy a negar, pero no, estoicamente aguanté y rematé la entrevista sin que ni siquiera lograra que nos convidara a una cerveza.
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Pues esto, queridos lectores, se ha perdido. La 'Lotería de Navidad' no ha evolucionado, al contrario. Piensan sus gestores que ahora es más cercana, solidaria y socializadora, pero nada de eso. Se ha perdido la emoción. Antes tenías el coche con el tanque lleno de combustible porque no sabías lo que iba a deparar el día del sorteo y ahora no, ya no. Roquetas de Mar tomó el testigo de Vélez-Rubio hace varias ediciones, aunque con menos caché y ahora lo han cogido los despachos que expiden papeles con las terminaciones solicitadas. ¡Pero esto que es!
¿Qué va a ser lo siguiente? ¿Que los Reyes Magos se echen a las redes sociales y me regalen emojis alusivos a mi comportamiento anual? Poco me gustaba la Navidad, pero ya me han quitado las ganas hasta de poner vuelta y vuelta 'Cada vez que pienso en tí', de Álvarez Guedes. Si es que en pleno agosto estas en el chiringuito y te ofrecen mantecados entre caña y caña. A este paso Papa Noël va a aparcar su trineo en el Dreambeach al son de Maríah Carey.
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