Ganivet en Helsingfors
En 'Cartas Finlandesas' hace numerosas alusiones, a Granada, Sierra Nevada, el jamón de Trevélez y un largo etcétera de nuestra geografía, vivencias y costumbres más tradicionales
Otrora considerado como paradigma de la esencia granadina, hoy, cuando están a punto de cumplirse 125 años de su trágica muerte, Ángel Ganivet permanece casi ... olvidado, salvo acaso por una estatua en el bosque de la Alhambra, una céntrica calle y un instituto de Educación Secundaria que llevan su nombre y, por último, su casa-molino, convertida en sala de exposiciones, cuya temática nada tiene que ver con nuestro hombre y ni siquiera con su época: la última vez que estuve allí, y es sólo un ejemplo, fue para ver una serie de carteles y otros diversos objetos relacionados con los llamados 'años del hambre', que siguieron a la Guerra Civil. Por ello quizás con motivo de este aniversario resulte oportuno un breve comentario sobre una de sus obras más tardías y no demasiado conocida, como es el caso de 'Cartas Finlandesas', que Ganivet escribió y publicó entre 1895 y 1898, años en los que se desempeñó como cónsul en la capital de Finlandia, Helsinki, entonces Helsingfors, antes de ser trasladado a Riga, donde pronto concluirían su carrera y su vida.
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'Cartas Finlandesas' tiene muchas características comunes o que nos recuerdan con claridad a otras obras de Ganivet: su estilo epistolar, pues se trata de una serie de cartas dirigidas por el autor al periódico El Defensor de Granada, es parecido al que desarrolla en 'El Porvenir de España', si bien en este último caso su corresponsal es el escritor y filósofo vasco Miguel de Unamuno, e idéntico al de 'Hombres del Norte', que casi podemos considerar su continuación natural. Pero también hace pensar en 'Idearium Español', sobre todo por la transcendental importancia que da a la situación y forma geográfica de un país para la idiosincrasia de sus costumbres o su cultura y sobre todo para su evolución histórica. Así, y creo que es una de las ideas capitales del libro que nos ocupa, señala a Finlandia como una tierra intermedia que se disputan el Coloso ruso y el León sueco, cosa que se materializa en la gigantesca influencia que estas dos grandes potencias tienen en la Finlandia de aquella etapa histórica, en la que, después de haber pertenecido a Suecia hasta principios del siglo XVIII ('Madre Nutricia de Suecia' ha llamado, y con razón, a Finlandia la historiografía), fue objeto de las disputas entre el belicoso Carlos XII de Suecia y el zar ruso Pedro I el Grande, para acabar constituyendo, en la época de Ganivet, el Gran Ducado de Finlandia, la región más desarrollada en lo económico y más avanzada en lo social del inmenso Imperio zarista.
Además de su indudable interés desde el punto de vista literario y hasta filosófico, 'Cartas Finlandesas' representa un valiosísimo documento histórico que nos ayuda a conocer importantes aspectos del engranaje político de aquel país, la evolución de su sociedad y las influencias y características de su cultura a fines del siglo XIX: la organización administrativa del país como gran ducado autónomo del Imperio Ruso; la situación social de la mujer finlandesa, desde luego muy avanzada en el conjunto de la Europa de aquellos años; la organización de los estudios superiores; los tipos de arquitectura que allí predominan; gastronomía y diversiones típicas; mitos y literatura del país… para terminar explicando «cómo se mueren los finlandeses».
No quiero concluir sin dejar de señalar las numerosas alusiones, recuerdos y comentarios que, de principio a fin de esta interesantísima obra, casi siempre para ilustrar sus explicaciones con el recurso de la comparación, hace Ganivet a Granada, Sierra Nevada, el jamón de Trevélez y … un largo etcétera de nuestra geografía, vivencias y costumbres más tradicionales. Así recordaba y honraba siempre a su tierra este sabio tan granadino, escritor, historiador y filósofo, nazarí europeo y universal.
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