Ahogamiento global

Como dice el doctor Pablo Tristán aludiendo a rigurosos estudios, el trece por ciento de la población consume más de la mitad del agua de ... consumo doméstico. Nada de agricultura ni industria. En lo urbano los ricos se beben también lo de los otros. La guerra del agua está detrás de la puerta, no creamos que eso es una utopía, podremos especular, pero la realidad está ahí. O nos vamos o nos peleamos. La sociedad no va a tolerar que las élites económicas sigan malgastando el agua de los demás, aunque la paguen, aunque puedan pagarla. No es el aire, pero tiene la misma importancia, aunque miremos para otro lado, que es lo cómodo, o esperar a que lleguen los tiempos en los cuales creemos que ya no estaremos. Los ricos siempre tendrán más, incluida la opción de la vida, no solo la vida de calidad, sino la vida misma. Y el agua está ahí también, en esas prebendas de la cuenta corriente. Regar jardines privados, llenar piscinas exclusivas, facturas de miles de euros en agua porque se pueden pagar, sin más miseria, es algo que la sociedad debe controlar. Ya sé que se dice ahora por la sequía, y se piensa que en cuanto vuelva la lluvia todo esto quedará en agua de borrajas, pero si se lee con cierta perspectiva se verá que estamos en un cambio climático, y que lo común, además, hay que cuidarlo con especial esmero. Y aunque usted pueda pagar ese despilfarro, tal vez pronto alguien llame a su puerta para quitarle ese supuesto derecho, porque se está acabando.