Pues eso, que los que antes fueron dejan de serlo. Algunos de aquellos populares artistas que se cobijaron en la 'comuna de la ceja', hoy ... expresan abiertamente, sin ambages, su desistimiento de dar un voto de confianza en la misma dirección que lo hicieron en el pasado. Al margen de que es cierto que el hombre actúa según sus circunstancias –recordando a Ortega y Gasset– no es menos evidente que nuestra existencia es pendular como algo que nace y se desvanece en cualquier instante. Lo hemos visto en la figura del rey Juan Carlos I, que ha vomitado todo lo que un monarca debe tragarse. Alguien ha dicho que un rey no tiene obligación de escribir sus memorias. ¿Y por qué lo ha hecho? Pocas o ninguna de las cosas que ha querido contar en su libro de Navidad era desconocida por los bien informados. El pueblo suele memorizar, al día, la historia de sus gobernantes, sean reyes, presidentes, alcaldes, diputados o concejales. La información está al alcance de todos los españoles. De tal forma que escribir unas 'desmemorias', donde se mezclan churras con merinas, no es de gran utilidad porque todo es conocido y lo desconocido se oculta para decepción del lector. Dice, don Juan Carlos I «que es el único español que no cobra la pensión tras 40 años de servicios». Señor, si ha contribuido usted, como el resto de los españoles, tiene derecho a percibirla. Y si no se la pagan, reclame al Instituto Nacional de la Seguridad Social. Hilarante el enojo público de una conocida amante –que mantuvo una ardiente y fotografiada relación con don Juan Carlos– por no contar su episodio en el libro. La susodicha lleva hablando de el apareamiento un cuarto de siglo por todos los medios de 'paguimandi' y amenaza, de nuevo, con irse de la lengua testigo de tantas cosas. Da la ingenua impresión de que la decepcionada tampoco cobra la paga de pensionista. Juan del Val, que parece ser un tipo competente, hecho a sí mismo, ganó este año el premio Planeta por su novela 'Vera. Una historia de amor' y le ocurre lo mismo que a los Sabina y otros apostatas que eran fieles a una causa y ha declarado que lo siente mucho, que se ha equivocado y que no volverá a ocurrir. Tendría que haber esperado, el planetario a que terminaran las pascuas. En algunos medios lo están vareando, como los olivos, que es el tiempo, pese a que su novela va por su cuarta edición. Lo dicho, el hombre y sus circunstancias.
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