Tiene que llover

A uno de Almería, como yo, como 'El Tomi', y como más de 700.00 más, lo que pueda decir la presidenta de Madrid nos la suda. Cualquiera con su currículo no sabría donde esconderse para que no la reconocieran, pero ahí está ella, en primera línea, creyéndose una institución por asaltar a las demás instituciones y sacando pecho, diciendo aquí estoy yo y mi circunstancia y dando vergüenza ajena a quienes les basta con pensar un poquito. Mientras, a casi 600 kilómetros de la Puerta del Sol, las cosas que importan no florecen ante la opinión pública porque bastante entretenimiento tenemos ya con lo que nos meten con calzador desde la caja tonta durante todas las horas del día. Menos mal que todavía hay programas para entretenerse sin que los protagonistas se insulten. Ha vuelto 'Cifras y letras', sigue 'La ruleta de la suerte' y el incombustible Jordi Hurtado se mantiene como si fuera ayer en 'Saber y ganar', en una oferta para pasar el rato y no sufrir, aunque fallen los concursantes.

No hay explicación, a nivel local, que explique por qué las obras del Dreambeach van tan rápidas y tan lenta la respuesta del Ayuntamiento a los recursos por las plusvalías y por tantas otras cosas que gestionan los que nos han pedido el voto para que nos gestionen la vida y que nos lo volverán a pedir en poco tiempo. Lo del súper festival en El Toyo no corta el mar, sino vuela y lo de las plusvalías mejor no mencionarlo, aunque hayan pasado ¿seis años? ¿siete años? Y los que te rondaré morena. No hay concejal que mueva un papel ni tenga tiempo para nada, salvo para salir enlutado en la procesión del Viernes Santo, quiera Dios que llueva y conceda razón a los agricultores que piden agua para el campo. Es curioso que se saquen los santos a la calle para reclamar a San Pedro que abra el cielo y descargue agua y que sí eso sucede, con toda la necesidad que hay, durante Semana Santa, Almería, Andalucía, España entera, se convierta en un valle de lágrimas cofrades porque no han podido salir los pasos a recorrer las calles. Nancy, la de la tesis, lo escribiría en sus epístolas a familiares y amigos insistiendo en que «mí, no entender lo que dicen los españoles».

Hay poco que entender. La vida, como decía Julito Churches, sigue igual. Estamos dentro de una moviola que alguien no se cansa de poner en marcha. Asómense a las hemerotecas y busquen las noticias primaverales de cualquier año. Si no miran la fecha creerán que son de ayer mismo. Bueno, eso sucedía antes, ahora ya no hay noticias, más bien nos desayunamos, almorzamos, cenamos con bulos y eso, la mayoría de las veces, es difícil de tragar. A ver si llueve y mejora el ambiente. Tiene que llover, tiene que llover... a cántaros.