Ignorados

No hay rastro de nuestra provincia en las Medallas de Andalucía con las que el gobierno andaluz reconoce a diferentes entidades, personas o colectivos por su trabajo en aras a potenciar la comunidad. Este año ese premio ha pasado de largo. No me atreveré a decir que, por vez primera, no hay nadie de Jaén entre el amplio elenco de galardonados que han obtenido la distinción por parte del Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía. Me vienen vagos recuerdos que me hacen creer que, en algún otro momento de nuestra autonómica historia, pudo darse una situación similar. Por eso me limitaré a que este año no hay ninguna entidad, colectivo o persona de nuestro territorio que se encuentre entre los elegidos.

Alguien dijo que las cosas en política no ocurren por casualidad. Todo acto, toda decisión tiene su motivación y en este caso tampoco será una excepción. En estos premios la provincia no ha tenido ni la consolación de la pedrea, aunque siempre se puede echar mano de los versos de Miguel Hernández 'Andaluces de Jaén' que cantaba 'Jarcha' o de la presidenta de la Confederación Andaluza de Alzheimer, que es de Linares, y que sí han obtenido la Medalla de la comunidad de forma colectiva.

Menos mal que en esta ocasión Jaén obtuvo el gordo en la lotería de Navidad. Con eso ya estamos más que despachados para algún tiempo. Por lo demás 'la vida sigue igual' que canta Julio Iglesias. A esta provincia, ni caso. Igual da, que da lo mismo, que decía mi abuela. Sin embargo, no todo está perdido, he de reconocer que he recuperado la ilusión en el movimiento asociativo que parecía languidecer.

La polémica sobre la apertura al tráfico del parque de La Alameda para las ambulancias y los usuarios con movilidad reducida que accedan al centro de salud ha suscitado las protestas de las madres y padres del CEIP «Jesús María» que defienden un acceso alternativo ante el inmovilismo de la administración. Los padres han iniciado una campaña de recogida de firmas y pretenden constituirse en plataforma en defensa de un espacio seguro para sus hijos que, a la entrada y salida del colegio, deben convivir con el tráfico de vehículos pesados.

Han expresado sus demandas, han hablado y ahora esperan respuestas. Desean ser escuchados y esperan no ser ignorados.