Nadie podía pensar que transcurrido un cuatro del siglo XXI nuestras vidas se iban a teletransportar a la mitad del siglo XVIII. Así, de repente, ... en apenas cinco segundos se nos apagó la luz y los inventos de entonces salieron del ostracismo y del baúl de los recuerdos. Sí, porque Marconi, Graham Bell y Edison estuvieron más presentes que nunca.
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Estuvimos horas incomunicados, en la era de las nuevas tecnologías y de la información; clamando por un teléfono fijo que nos encargamos de desdeñar, un simple transistor que arrinconamos en algún cajón y una pequeña linterna o alguna vela de las múltiples celebraciones con las que iluminar el momento. Fueron menos de 24 horas, pero a esta sociedad de prisas, y del querer todo para ayer, nos cortaron las alas. Vimos cómo nuestra existencia gira alrededor de una pantalla. Estamos atrapados en la digitalización cuando los remedios están en lo de toda la vida, en lo analógico, en lo que se puede palpar.
Durante unas horas, lo digital fue derrotado por todo lo material, y nos demostró que tener cincuenta o cien euros en el bolsillo no te hacen rico, pero sí te salvan de un apuro. ¡Qué sabia esa sentencia!
Lo del apagón pone en evidencia la vulnerabilidad de toda una sociedad y de las dificultades que encontramos a la hora de superar cualquier contratiempo. Pero, además, viene a refrendar que en esta provincia nos encontramos en una isla energética. Jaén fue de las últimas en recuperar el servicio eléctrico. Esta debilidad no es nueva, viene de lejos y nada se ha hecho por mejorar las infraestructuras. Por mucho que ahora nos digan que se va a invertir en dar más potencia a ciertas centrales eléctricas, ya vamos tarde, una vez más estaremos a la cola. La autopista eléctrica tampoco pasará por Jaén como en su momento no lo hizo el AVE.
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No, no se trata de estar en contra de las tecnologías y menos en estos tiempos. Pero no es menos cierto que se va demasiado rápido y no sabemos si, en algún momento, lo de la inteligencia artificial puede provocar algún que otro colapso social. Es algo parecido a lo que sostienen algunas teorías sobre el apagón que responsabilizan del mismo, al abuso de renovables. No se pueden poner todos los huevos en la misma cesta. Como en todo, hay que buscar el equilibrio mientras se prepara el sistema para cambiar la forma de funcionar. Mientras tanto, me rindo a lo analógico.
Hoy les iba a hablar de los sindicatos, pero… ¡Se nos apagó la luz!
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