Prestigio e impulso de la Formación Profesional
A pesar de que la FP se ha prestigiado bastante y tiene muchas salidas en el mercado laboral, los padres prefieren que sus hijos vayan a la universidad, aunque por desgracia, en gran proporción, al finalizar sus estudios, engorden las listas del paro o encuentren una ocupación por debajo de su cualificación
Seguramente, más de uno de nosotros, se ha encontrado alguna vez con la situación en la que se halló mi amigo: fue ésta. Hablando de ... los estudios de los hijos con un compañero de trabajo, le dijo que el suyo iba a cursar Formación Profesional; y éste, como un resorte, le espetó, pero, ¿por qué?, ¡si es muy buen estudiante!, dando a entender que debía matricularlo en Bachillerato para luego realizar estudios universitarios. Claro, lo que su amigo no sabía, es que entre las bondades de estas enseñanzas, está también, que desde las mismas se puede transitar a la universidad, ¡y sin realizar la selectividad! Basta con haber obtenido título de Técnico superior, que además permite la convalidación de módulos profesionales por créditos universitarios ECTS.
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A pesar de que la FP se ha prestigiado bastante y tiene muchas salidas en el mercado laboral, los padres prefieren que sus hijos vayan a la universidad, aunque por desgracia, en gran proporción, al finalizar sus estudios, engorden las listas del paro o encuentren una ocupación muy por debajo de su cualificación. Y esto ocurre en un país, que según datos de la EPA, la tasa de paro entre los jóvenes está en el 29,3%., y que muchos ciudadanos carecen de competencias personales, sociales y profesionales imprescindibles para desarrollarse como personas y para aprovechar las oportunidades de empleo que ofrece el cambio económico y tecnológico. En la actualidad, estas enseñanzas incluyen 584 certificados profesionales, 174 ciclos formativos, 21 cursos de especialización y el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales cuenta con 756 cualificaciones ordenadas en 26 familias profesionales. Además, diversos estudios apuntan a que la mitad de las ofertas de empleo en España en 2025 será para titulados de ciclos formativos.
Por suerte quedó atrás el tiempo en el que los alumnos que no tenían ninguna titulación eran los llamados a cursar estas enseñanzas. Fue la 'Ley orgánica, 1/1990 de 3 de octubre, de ordenación general del sistema educativo' la que estableció el título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria como requisito de acceso: el mismo que para cursar Bachillerato. Esto, en gran parte, eliminó la estigmatización que han venido arrastrando desde la 'Ley 14/1970 de 4 de agosto, general de educación y financiamiento de la reforma educativa'. Han tenido que pasar 52 años para ponerlas en el lugar que les corresponde.
No cabe duda que la 'Ley Orgánica 3/2022 de 31 de marzo, de ordenación e integración de la Formación Profesional, les ha dado un gran impulso. Dicha ley pretende superar los dos subsistemas de formación educativa y para el empleo conformando un sistema único e integrado. La tipología de las ofertas del Sistema de Formación Profesional se organiza, de manera secuencial, en los siguientes grados: Grado A, acreditación parcial de competencia; Grado B, certificado de competencia; Grado C, certificado profesional; Grado D, ciclo formativo; y Grado E, curso de especialización. Estos grados pueden impartirse en las modalidades presencial, semipresencial, virtual, mixta y a distancia. Los ciclos formativos abarcan los grados básico, medio y superior. Los grados básicos van dirigidos al alumnado que presenta mayores posibilidades de aprendizaje y de alcanzar las competencias de la ESO en un entorno profesional. Estos otorgan los títulos de Técnico básico y de Graduado en ESO; los de grado medio el título de Técnico y los de grado superior el de Técnico superior. Se reconocen también las convalidaciones y equivalencias entre los ciclos formativos de grado medio y superior y el resto de las enseñanzas del sistema educativo. Los cursos de especialización, con una duración entre 300 y 900 horas, complementan y profundizan en las competencias de quienes ya disponen de un título de Formación Profesional. Los alumnos que superan el curso de grado medio obtienen el título de Especialista, y los que aprueban el grado superior el Máster de Formación Profesional.
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Uno de los elementos más relevantes del Sistema es el carácter dual de los Grados C y D que se desarrollan entre los centros de formación profesional y las empresas. La fase de formación en la empresa tiene una duración mínima del 25 % de la duración total prevista de la formación. En cada centro existe el tutor que trabaja con el alumno en colaboración con el tutor dual de la empresa. Este evalúa los aprendizajes mediante un informe sobre las prácticas realizadas, aunque la evaluación final corre a cargo del centro educativo. Si en el centro existe un Proyecto Erasmus+, los alumnos tienen la posibilidad de realizar el módulo FCT fuera de España. Otra novedad es el Módulo de Proyecto CFGS que integra las capacidades y conocimientos del currículo del ciclo formativo en sus aspectos laborales, del ejercicio profesional y de la gestión empresarial. La ley dedica igualmente un apartado a la innovación dado que buena parte de los avances en innovación tecnológica e investigación aplicada han de formar parte nuclear de estas enseñanzas. Dichos procesos permiten la actualización permanente en los sectores productivos, con especial atención a los asociados con la digitalización, la transición ecológica, la sostenibilidad ambiental, la innovación territorial, la salud y la atención a las personas.
Para finalizar este artículo, me gustaría señalar, que todas aquellas personas interesadas en los diferentes aspectos que conforman la Formación Profesional, pueden obtener información clara, veraz y autorizada en la página web del Ministerio de Educación y Formación Profesional a través del portal Todo FP.
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