Negligencia estructural

Joan Carles March

Martes, 14 de octubre 2025, 23:02

Lo que está ocurriendo en Andalucía con el programa de detección precoz del cáncer de mama no es una simple irregularidad, ni un «fallo técnico», ... ni un «problema de comunicación» como se ha querido suavizar desde el Gobierno andaluz. Es un desastre sanitario, asistencial y ético. Y lo peor es que ha sido tratado —hasta ahora— con opacidad, excusas políticas y propaganda institucional.

Publicidad

La reciente dimisión de la consejera de Salud no es, en absoluto, una solución: es la primera admisión, tácita y tardía, de que algo muy grave ha pasado. Pero el daño ya está hecho y el dolor no se tapa con ceses simbólicos. Las mujeres afectadas —algunas con cáncer diagnosticado tarde, otras ya fallecidas— no necesitan gestos de control de daños. Necesitan verdad, responsabilidad y reparación. Porque lo que ha ocurrido no es nuevo. No ha sido un error puntual. Es el resultado de una cadena de negligencias sistemáticas, de protocolos incumplidos, de listas de espera invisibles, de notificaciones que no llegan y de un silencio que mata. Literalmente.

El Servicio Andaluz de Salud está revisando a posteriori más de 2.000 casos de mujeres a las que nunca se les informó de mamografías con hallazgos sospechosos o no concluyentes. ¿Qué ha pasado con esas mujeres durante meses, o incluso años? Muchas han desarrollado cáncer. Otras están aún a la espera de pruebas. Algunas no llegaron a tiempo. No son cifras. Son vidas. ¿Se imaginan saber que una mamografía mostró una lesión hace un año y nadie avisó? ¿Que ese tumor lleva creciendo en silencio por falta de comunicación y seguimiento y por mala gestión de un protocolo existente desde el 2005? Eso ha pasado. Está pasando. Y puede volver a pasar.

El protocolo sí existía

En lugar de asumir errores, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha optado por la estrategia de difundir bulos para cubrir una gestión deficiente. Aseguró que «no existía un protocolo claro», cuando el propio protocolo del SAS establece con total precisión:

Publicidad

–Las mujeres con lesiones probablemente benignas (BI-RADS 3) deben ser citadas en un máximo de 30 días.

–Si se confirma cáncer, el tratamiento debe iniciarse en menos de 21 días.

Nada de esto se ha respetado en miles de casos. No es falta de protocolo: es incumplimiento de lo establecido, negligencia organizativa y desprecio por los tiempos vitales del cáncer. Es una mentira institucional y una traición a la confianza ciudadana con consecuencias clínicas para las mujeres.

Listas de espera diagnósticas ocultas: el agujero negro de la sanidad andaluza. Otro aspecto especialmente grave es la falta total de transparencia sobre las listas de espera diagnósticas. ¿Cuántas mujeres están pendientes de prueba tras una mamografía dudosa? ¿Cuántas han esperado más de 30 días sin respuesta? ¿Cuántas han sido diagnosticadas tarde o no han sido informadas nunca? ¿Dónde están esos datos? No hay datos públicos. En cambio, sí hay titulares triunfalistas, ruedas de prensa para maquillar la crisis, y anuncios de «mejoras» que solo reconocen que lo anterior no funcionaba. Todo ello sin informar, ni preguntar, ni escuchar a las afectadas.

Publicidad

Las calles lo han dicho: basta ya. La semana pasada, miles de personas –la mayoría mujeres— se manifestaron en las ocho capitales andaluzas. No fueron protestas aisladas. Fue una reacción colectiva frente a un sistema que las ha dejado indefensas. Mujeres que durante años confiaron en el sistema público, y que ahora denuncian que el cribado que debía salvar vidas se ha convertido en una trampa silenciosa de retrasos, incertidumbre y abandono. El lema era claro: «El cáncer no espera. Nosotras tampoco». No ha fallado la tecnología: ha fallado la humanidad. Lo más doloroso de este escándalo no es solo el retraso, sino la desprotección. Muchas de las mujeres afectadas no sabían que había algo preocupante en su mamografía hasta que fue demasiado tarde. No hubo llamadas. No hubo explicaciones. No hubo seguimiento.

Esto no es un fallo administrativo. Es una ruptura profunda del compromiso ético que debe sostener todo sistema de salud pública y que además de lo que ha pasado con las sospechas diagnósticas pésimamente gestionadas, existe también falta de citación de mujeres que ya han superado los 50 años. Ha fallado la vigilancia clínica, ha fallado la empatía institucional, ha fallado el liderazgo político.

Publicidad

¿Qué pido como ciudadano? Como ciudadano, como paciente, como profesional y como familiar, tengo derecho a saber:

–¿Cuántas mujeres han sido notificadas tarde? ¿Qué medidas de verificación existen para evitar que esto vuelva a ocurrir? ¿Quién va a asumir responsabilidad política real por este desastre? ¿Cómo se va a reparar el daño causado? ¿Cuántas mujeres han sido ya contactadas y cuántas faltan por contactar? ¿Por qué se sigue diciendo que el problema está básicamente centrado en el Hospital Virgen del Rocío cuando se conocen denuncias de casos en prácticamente todas las provincias andaluzas incluida Granada? ¿Cuántas mujeres que ya han cumplido los 50 años, y no han sido contactadas por primera vez por el programa tal como apunta el protocolo? ¿Cuántas mujeres no se les cita cada dos años como marca el protocolo?

Porque lo que está ocurriendo con el cáncer de mama no es un incidente. Es una negligencia estructural, una grave quiebra asistencial, un abandono institucional de miles de mujeres. El sistema de cribado no ha fallado porque sea inútil, al contrato es un buen programa que no se ha cumplido, que no se ha auditado, que no se ha respetado. Y eso, cuando hablamos de cáncer, no es un error: es una tragedia política, sanitaria y humana. Lo que ha pasado en Andalucía es una crisis de salud pública, y no se puede cerrar con una dimisión ni con promesas de mejoras futuras. La salud de las mujeres no se puede gestionar con propaganda, con bulos ni con excusas. Hay que depurar responsabilidades, revisar el sistema sanitario de raíz y, sobre todo, poner a las pacientes en el centro, no en los márgenes del sistema, ante la grave disfunción del sistema de cribado y seguramente de otras partes del sistema.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad