Estoy convencido de que, allá por diciembre/enero, si no antes, tendremos operación Vuelta al cole. Al colegio electoral. Nos tocará votar. Otra vez. No ... tengo pruebas, pero tampoco dudas, como dicen los modernos.
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A Feijóo no le vienen saliendo las cuentas desde las 22 horas del pasado 23-J. Cuando el escrutinio pasaba del 60%, el gallego despertó del sueño en que presidía Europa a la caída del otoño. Los furibundos vetos cruzados de PNV y Vox le inhabilitan y ya puede sondear, llamar, guasapear, tuitear, tiktokear y todos los verbos terminado en -ar que quiera, pero lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible.
¿Y Sánchez? ¿Reeditará la segunda parte de Frankenstein? Complicado. Muy complicado. A ERC le ha costado muy caro (la mitad de su electorado) sostener el Gobierno de España y entra Junts en la componenda. Lo que ambas formaciones van a exigir por su apoyo será inasumible. O debería serlo. Además, la gente de Junts, como me dicen amigos cabales de Cataluña, es imprevisible: su capacidad para cambiar de piel solo es comparable a la de las serpientes.
Pero es que, más allá de la imprevisibilidad de Puigdemont & Co., unas nuevas elecciones beneficiarían al tándem PSOE-Sumar, con permiso de Podemos. Si la última semana de campaña ha sido el Tourmalet para Feijóo, agárrense que vienen curvas. ¿Qué campaña iba a plantear el PP, una vez demostrado que el 'Que te vote Txapote' no era tan buena idea? ¿Y sus amistades peligrosas, las doradas y las voxeras, que solo pueden ir a peor, con más escándalos, censuras, boutades y baladronadas? ¿O se plantean cambiar de líder a mitad de carrera?
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Si algo han dejado meridianamente claro las urnas es que una gran mayoría del electorado español le ha dado la espalda al frentismo y a la tensión, por mucho que ardan las redes y las tertulias, siempre de forma interesada. ¡Ay, ese teatro de las vanidades donde todo es exceso, verborrea y postureo! Luego vota la gente y se desmonta la farsa.
Se nos vienen semanas muy interesantes. Tras una campaña fallida basada en 'acabar con el sanchismo', que Feijóo le pida a Sánchez que se abstenga es, como mínimo, irónico. Y tan quimérico como tratar de pactar a la vez con Vox y el PNV. La pregunta es: ¿será Sánchez capaz de darle un último giro de guion a su 'Manual de resistencia'? Veremos.
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