Opinión

Vivir (bien) en Granada

Jesús Lens

Granada

Sábado, 28 de septiembre 2024, 23:18

Nno voy a consultar la hemeroteca, pero seguro que en estos años he escrito más de una y de diez columnas con un titular parecido ... a éste: vivir en Granada. Y vivir bien, cómodos y a gusto. ¿Pero demasiado tranquilos? Lo hablaba el pasado jueves con el cineasta Manuel Sicilia en La Taberna de Kafka, durante la conversación al calor de unas cervezas Alhambra bien frías para nuestro suplemento Gourmet. «¿Cuántas veces te han planteado irte fuera a trabajar?», le pregunté. «Muchas. Al extranjero, a Málaga, a Canarias…» Pero se quedó. Por suerte para nosotros. Porque Manuel Sicilia es una de las bestias pardas de la cultura granadina. Además de haber ganado dos Goya y haber estado nominado al Oscar, sus películas y cortometrajes de animación atesoran más de cien premios y galardones en festivales nacionales e internacionales; ahí es nada.

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¿Por qué se quedó, ignorando los cantos de sirena de otros destinos en los que, posiblemente, habría ganado mucho más dinero y contado con más medios? Más allá de lo puramente personal y afectivo, me dio dos razones. La primera, el nivelazo de las y los dibujantes de Granada, herencia de la edad de los fanzines y de la impronta de Bellas Artes. También destacó el interés y la pasión de nuestra juventud. «Preparamos una charla sobre animación para darla en Málaga y en Granada. Allí fueron 15 personas. Aquí, más de 100. El nivel cultural que hay en Granada es altísimo».

La segunda razón también es pragmática. Cuando llegó el momento de poner toda la carne en el asador con la serie 'Pobre Diablo', esa genialidad que tienen ustedes en HBO Max, la productora de Sicilia, Rokyn Animation, contrató hasta a 160 técnicos y artistas de 10 países diferentes. Uno de los alicientes para convencerles de que se vinieran aquí un puñado de meses fue que 'aquí' es Granada.

«Es una ciudad ideal para vivir», apostilló Sicilia. «»Y para trabajar?». Ahí enarcó una ceja y mostró otra de sus proverbiales sonrisas. «Me gustaría que fuese a un ritmo más rápido», remató con la elegancia que le caracteriza antes de seguir hablando de mil y un proyectos y maridajes fílmicos, científicos, comiqueros, musicales… ¡Hasta el infinito y más allá!

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