Se vende todo

Hace un par de años, cuando se anunció la ampliación del recorrido del metro a Churriana, hubo discusión sobre si debía pasar por el interior o limitarse a bordearla. Llegó a hablarse de un servicio de lanzaderas, como si estuviéramos en los aeropuertos internacionales de Berlín, Londres o París. Recuerdo a un lector indignado que vaticinaba la debacle electoral del alcalde del PP que había aprobado el paso por la calle San Ramón, de acuerdo con los criterios de los técnicos. Sostenía que el pueblo entero clamaba, indignado, por semejante tropelía. Y me acusó de 'hacer mal mi trabajo' por no preguntar a la ciudadanía.

No hacía falta ser Nostradamus para saber lo que iba a pasar, a la vista de lo acontecido en Armilla, Maracena y Albolote. De hecho, cuando les pregunté a amigos churrianeros, me confirmaron que ellos estaban loquitos de contentos por su paso por el centro de la localidad.

Llegaron las elecciones y el alcalde de Churriana renovó su mandato sin problema, mejorando incluso los resultados anteriores. La oposición cobardica, que no se manifestó ni a favor ni en contra del trazado del metro, proponiendo un referéndum, se quedó compuesta y sin alcaldía.

Ahora, los números cantan. La subida de un 30% en el precio de la vivienda, «con especial interés en la zona en que van las paradas», demuestra que sí. La mayoría de la gente quiere el metro y por el centro. No por casualidad, «se vende todo», como contaban quienes saben del tema.