El regreso del héroe

Jesús Lens

Jueves, 13 de noviembre 2025, 00:34

Volvió a donde una vez fue feliz sin hacerle caso a los versos de Félix Grande y desafió esa siniestra lógica de que segundas partes ... nunca fueron buenas, algo que ya no nos creemos desde los tiempos de El Quijote. O de El Padrino. Volvió, salió a la pista y en un pispás se clavó tres triples que nos hicieron saltar de los asientos y levitar.

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Se acuerdan de Eddie Felson, 'el Rápido', protagonista de 'El Buscavidas', cuando al final de 'El color del dinero' decía aquello de «¡He vuelto!» mientras golpeaba la bola blanca con el taco de una forma seca y contundente? Pues lo mismo debió exclamar Lluís Costa, 'el Mago', el pasado domingo mientras enardecía al público del Palacio de los Deportes, que le jaleábamos como el héroe que es.

«Hoy, o hay milagro, o disfrutamos del juego del Valencia», decía mi cuate Pepe en la previa del partido que enfrentaba al colista de la Liga ACB, sin un solo triunfo en el casillero, con el líder invicto que contaba todos sus partidos por victorias. «¡El milagro, el milagro!», gritábamos un par de horas después, botando en las gradas.

El milagro oficiado por ese 'Magic' Costa que volvía a casa después de pasar un año largo de Odisea por las Islas. Y es que la Ítaca de Lluís es Granada y su Penélope somos los miles de aficionados que hemos pasado jornada tras jornada tejiendo durante la semana la chamarra que nos protegía de los disgustos que nos llevábamos los sábados y los domingos.

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Como buen aficionado al western que soy, el regreso del héroe es uno de mis temas favoritos. Cuando el pistolero, más sereno, hecho y curtido, vuelve a casa después de largo tiempo vagabundeando, disparando y viviendo aventuras.

Lo sé, lo sé. El baloncesto es un deporte de equipo y hace falta mucho más que un gran jugador para conseguir las victorias. Pero lo que vivimos el pasado domingo en esos minutos prodigiosos ya forma parte de la historia, la mística y la memoria deportiva del Covirán y de Granada.

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Fue algo simbólico a la vez que efectivo. Porque aquellos nueve puntos consecutivos impulsaron al equipo hasta el infinito y más allá. Luego llegaron los Bozic, Valtonen, Thomas y los demás. Pero al principio estuvo Lluís, cuya alquimia prendió el ambiente para llevarlos y llevarnos a todos en volandas. ¡Qué bueno que volviste, Magic!

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