Lo del pasado jueves en el Palacio de Congresos fue muy especial. La Federación de Hostelería y Turismo concedía uno de sus prestigiosos Premios Galatino ... a IDEAL por su apoyo al sector y Eduardo Peralta, nuestro director, nos invitó a Mercedes Navarrete y a mí a que subiéramos al escenario para acompañarle en el momento de la entrega del galardón por parte de Gregorio García.
Publicidad
Subimos en representación de un equipo humano excepcional: redactores, gráficos, maquetadores, diseñadores, web, comerciales y colaboradores son imprescindibles para que usted, ahora mismo, esté leyendo estas palabras.
Desde que tengo uso de razón, IDEAL estuvo en mi casa. Leer el periódico todos los días, en papel, con mi café, forma parte de una liturgia cotidiana que espero no cambiar jamás. Es uno de esos placeres sencillos de la vida que hace más bonito cada día. Leía IDEAL de crío, de adolescente y de jovencito. Empecé a escribir Cartas al Director cuando estudiaba Derecho y alguna se publicó en las páginas de Opinión. ¡Qué orgullo!
Entre los momentos más felices de vida está aquel café al que me invitó mi querido Esteban de las Heras una tarde, en un garito de Recogidas, hace ya tantos y tantos años. Me propuso incorporarme a la nómina de columnistas de IDEAL y di tal salto de alegría que casi rompo el techo. Y hasta ahora. ¡La de cosas que han pasado en el ínterin!
Publicidad
Por ejemplo, entregarme en cuerpo y alma al Gourmet, ese suplemento gastronómico semanal que impulsó Félix Rivadulla y en el que me introdujeron Javier Morales, mi maestro, y Quico Chirino, cómplice, aliado, amigo y todo un ejemplo a seguir. ¡Quién me iba a decir, cuando publiqué aquel lejano 'Café-Bar Cinema', un libro dedicado a los bares, cafés, tugurios y garitos más famosos de la historia del cine; que terminaría escribiendo todas las semanas sobre el comercio y el bebercio de Granada!
He tenido la inmensa suerte de dedicarme al periodismo gastronómico en un momento extraordinario para Granada. Tiempos de cambio y evolución. Muchos de los grandes maestros consagrados de nuestros fogones siguen brillantemente en activo, a tiempo completo o parcial. A la vez, una nueva generación de jóvenes hambrientos se abre paso con uñas y dientes en las cocinas y las salas de nuestros restaurantes. Los productos de nuestra tierra son cada vez más y mejor valorados y hay un público creciente sin empacho en probar, descubrir y disfrutar.
Publicidad
Estar ahí para contarlo es un lujo y también una responsabilidad. Premios como el Galatino nos animan a seguir en la brecha con toda la profesionalidad, el empeño, y la dedicación. ¡Salud y muchas gracias!
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión