La Fundación Cajasol, a 17 de julio y, por tanto, dos días fuera de plazo, ha anunciado en Sevilla que va a dar el apoyo ... necesario para que el equipo antiguamente conocido como Betis esté en ACB. Su presidente reconoce no saber cuáles son los protocolos vigentes, pero garantiza el apoyo financiero sin problema alguno. Pues claro que no va a haber problema… ¡como que llegan fuera de plazo, tarde, mal y nunca!
Publicidad
La ACB tiene una papeleta que no debería resultar difícil de solventar si se atiene a sus propias normas: cuando finalizó el plazo para ello, el Betis no había presentado la documentación exigida. Y punto. Esto no va de ganarse el ascenso en la cancha o en los despachos. Va de respetar las normas nada más. Y nada menos.
Está muy bien que, insisto, fuera de plazo; el Betis se haya convertido milagrosamente en el Baloncesto Sevilla y, de golpe y porrazo, cuente —sobre el papel y de boquilla, pero sin ningún documento oficial firmado— con el apoyo financiero de una pila de instituciones. Es muy bonito y romántico. Pero ya no se vale.
A mí me da que en Sevilla han estado retranqueando y han esperado a encontrarse fue-ra-de-pla-zo para salir con este caudal de oratoria y promesas extemporáneas. Una vez que intuyen que no va a ser necesario poner la pasta, lanzan un órdago que más parece un farol de cara a la galería para contentar al presidente tiktokero y a la (poca) afición a la canasta de la ciudad hispalense.
Publicidad
A lo largo de estas tres temporadas he sido muy crítico con un cántico que siempre me ha parecido una chorrada cuando entendíamos que un árbitro se equivocaba en nuestra contra. A lo de «¡ACB adulterada!», me refiero. Un canto al victimismo más conformista.
Ahora es cuando, de verdad, se va a demostrar si la ACB es una organización seria, como presumimos que es, o un grupete de amigos que hacen y deshacen a su antojo. Si admite al Betis para la temporada 25/26 después de que, permítanme que insista por trigésimo novena vez, su presidente esté maniobrando de forma torticera FUE-RA-DE-PLA-ZO, sí podríamos entonar el clásico «¡Manos arriba, esto es un atraco!» y, por supuesto, lo de «¡ACB adulterada!». Pero no llegará la sangre al río. Al menos, no al Genil.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión