Almería y Oviedo: ¡Tan lejos, tan cerca!

A propósito de un partido de fútbol

Javier González

Catedrático de Filosofía

Martes, 21 de enero 2025, 23:01

Tomo prestado el título de la conocida película de Wim Wenders para llamar la atención sobre la evidente lejanía, y, sobre todo, sobre la no ... tan evidente cercanía que vincula a estas dos importantes ciudades y tierras del solar patrio. Ahora que sus dos equipos de fútbol están a punto de enfrentarse y que ambos son claros candidatos al ascenso (hasta el Big Data parece confirmarlo) es buen momento para reivindicar su paradójica cercanía. Pero empecemos por lo obvio: la lejanía. Situadas en puntos antagónicos de la península ibérica, pocas cosas parecen más obvias que Asturias y Almería en general, y Oviedo y la ciudad de Almería en particular, apenas tienen que ver entre sí. Poco hay en común, en efecto, entre los verdes y húmedos prados asturianos y los grises altozanos del desierto de Tabernas. La fría y umbrosa Asturias, tan falta de luz elemental en cualquier estación del año se compadece mal con una «tierra desnuda, cuyo pecho recibe todo el fiero ardor de un sol desnudo», al decir de Huxley.

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Tampoco encontrará el viajero en Asturias el infinito mar de invernaderos que tapizan el poniente almeriense o la pedanía de Campohermoso, ni en Almería rastro mayor de vacas lecheras o de fuste siderúrgico. Apenas suenan en Almería Pelayo, Feijóo, Jovellanos ni Clarín, ni en Asturias Aben Humeya, Villaespesa, Carmen de Burgos o Jesús de Perceval. Por loco tomarían en un restaurante asturiano a quien pidiera un «espeluznao» o un «chérigan» y por excéntrico en un restaurante almeriense a quien hiciera lo propio con un cachopo o una fabada.

Pero pongámonos al son de las gaitas asturianas y con la deliciosa ingesta de un americano almeriense del Quiosco de Amalia, vindiquemos y reivindiquemos las similitudes, la cercanía. El que estas líneas escribe tomo clara conciencia de la misma cuando, hace ya bastantes años, en el espectacular Museo Geominero de Madrid, el antiguo Museo Geológico Nacional, vio estampados en las vidrieras los escudos de Almería y Asturias. Muy próximos entre sí dejaban constancia del pasado minero de ambas regiones. En Asturias tiende a pensarse que la minería es cosa de asturianos, y no se toma conciencia de la importante tradición minera de otras partes de España. La industria extractiva del oro, del plomo y sobre todo ahora del mármol de Macael confiere a Almería una identidad minera e industrial tan poderosa como la minería del carbón en Asturias. Unidos, pues, por la minería, pero, y esto pueden chocar aún más, también por el paisaje.

Apenas hay provincias en España que reúnan en un mismo territorio una franja costera tan larga y un paisaje montañés tan amplio como el de nuestras dos provincias. La Costa Verde y la Costa de Almería suman 650 kilómetros y de los escarpado de ambos territorios son probada muestra el Parque Nacional de Sierra Nevada (un tercio del mismo en la provincia de Almería) o los Picos de Europa en Asturias. Pero si la tradición minera o el paisaje montañero o costero no fueran suficientes para convencer al más escéptico, queda el irrefutable argumento de la historia. Asturias y Almería, alfa y omega de la Reconquista o, como prefieren llamarla ahora, del avance de los reinos cristianos por la península ibérica.

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Oviedo, una de las capitales del reino de Asturias, que fue la primera entidad política cristiana establecida en la península ibérica, entregará el testigo mitológico, literario e histórico definitivo de la mencionada reconquista o avance precisamente a Almería, puerto principal del emirato de Granada, tomado por los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492. Lo que probablemente empezó en las montañas asturianas terminó con seguridad histórica en las alpujarras almerienses y en el hoy almeriense puerto de Adra, donde embarcó Boabdil con su familia destino al Reino de Fez.

Pese a que pocos lo sospechen, en Almería se enfrentan el próximo 2 de febrero dos ciudades unidas por lazos hasta ahora invisibles. Ojalá que a alguien se le ocurra trabajar en un futuro hermanamiento entre estas dos ciudades. Muchos hermanamientos se ven con menor fundamento. Que gane el mejor.

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