La invisibilidad de la enfermedad mental
La Carrera ·
Reconocer que alguien a quien queremos o que nosotros mismos padecemos una enfermedad mental es algo complicadoA pesar de que la enfermedad mental ha acompañado a los seres humanos desde la antigüedad, siempre ha existido temor a lo diferente o desconocido, ... por ello no se habla con normalidad sobre los trastornos mentales. El mayor problema de las enfermedades mentales y la salud del paciente que las sufre es su invisibilidad en la sociedad, es decir, viven en un mundo que les juzga por el diagnóstico de su enfermedad y por los estereotipos e ideas erróneas que se asocian a esta. Estereotipos sociales son la principal barrera a la que están sometidas este tipo de enfermedades.
Publicidad
En los últimos tiempos, se le ha dado más importancia a la enfermedad de sintomatología física, pero no tanta a la salud mental, a pesar de que la OMS define la salud como el estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades, pero debemos saber que las enfermedades mentales, se definen como la alteración de tipo emocional, cognitivo o comportamental, en el que quedan afectados procesos psicológicos básicos como la emoción, la conducta o el aprendizaje.
Para la gran mayoría de la sociedad un enfermo mental es un loco y un marginado social, pero son estereotipos. Reconocer que alguien a quien queremos o que nosotros mismos padecemos una enfermedad mental es algo complicado, porque en muchos ámbitos sigue siendo tabú y se crea un miedo a lo que los demás puedan decir. Las personas que sufren algún tipo de enfermedad mental no tienen por qué esconderse. Padecer este tipo de afecciones no significa que no puedan ser igual de productivas, útiles y creativas que una persona sana. Además, sus ilusiones, planes y necesidades de apoyo son iguales que las de todos, por eso tienen los mismos derechos de vivir y de sentir que cualquier otro.
Visiones e interpretaciones erróneas perjudicaron durante siglos a quienes padecieron enfermedades mentales, desde su asociación con la posesión demoníaca o inspiración divina de la antigüedad, y hasta hace pocas décadas vivieron aislados de la sociedad, encerrados en asilos o manicomios. Afortunadamente hoy en día sabemos qué es una enfermedad mental y cómo tratarla. Aunque la mejora en el trato recibido por la salud mental en los últimos años es reconocida, se sigue transmitiendo de forma sutil y algunas veces explícita una imagen errónea y negativa, que sin duda no es un buen reflejo de la realidad, ayuda a perpetuar estereotipos, prejuicios y falsas creencias.
Publicidad
Son muchas las dificultades reales de integración social. Promover la mejora de las condiciones de vida de estas personas, fomentar su autonomía, prevenir el deterioro y hacer real y efectivo su derecho a la no discriminación y a la integración social, son tareas ineludibles y de todos. Por ello es necesario y urgente crear una conciencia social sobre este tipo de enfermedades y progresar hacia una humanización de estas dolencias. Deben considerarse los individuos y desterrar la etiquetas. Tras siglos de herencia de marginación del enfermo mental, es la hora de la reivindicación del individuo como portador de derechos independientemente de su enfermedad.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión