Insostenibilidad política

Aquello de 'el fin justifica los medios' no parece el consejo más acertado ahora que todo empieza a girar en torno a la sostenibilidad, la eficiencia, la responsabilidad social corporativa, la igualdad o la solidaridad. Cualquier empresa se cuida mucho de montar un escándalo parecido para hacerse con el mercado y los clientes de la competencia.

Los partidos políticos no han sabido aprovechar esta crisis mundial para volver a conectar con los ciudadanos. El hastío y el hartazgo de los electores se viene haciendo patente desde hace muchos años. Esta desconexión entre gobernados y gobernantes supone un riesgo para los sistemas democráticos que no debemos perder de vista, por mucho que nos cueste imaginar una vuelta a un pasado en blanco y negro.

Retomemos lo de nuestros vecinos 'murcianicos'. Menudo esperpento. Resulta que los mismos que firmaron una moción de censura contra el actual gobierno, 48 horas después fueron capaces de pactar su reincorporación con el mismo ejecutivo que días antes querían desalojar del Palacio de San Esteban. Una vez más se ha ido a tomar viento el Pacto Antitransfuguismo. Seguro que entre unos y otros han recapacitado pensando en el interés general y no en el de cada uno. Al final, el Partido Popular ha conseguido arrimar la ascua a su sardina y Arrimadas, junto con Ciudadanos, ha terminado quemada a lo bonzo.

Lo que está pasando en Madrid es otra cosa. La moción no ha sido más que la excusa para desligarse del partido naranja en un momento en el que la presidenta de la comunidad se encuentra fuerte. Las relaciones entre los socios no eran del todo cómodas desde hacía tiempo en la Puerta del Sol. En cambio, en el Ayuntamiento se mantiene el compromiso entre Martínez-Almeida y Villacís, signo de que en Cibeles ese vínculo no está tan deteriorado en lo personal.

El seísmo no ha tenido más réplicas, aunque rápidamente se miró a Andalucía. Bonilla y Marín lo solventaron con una comparecencia conjunta para explicar que su romance continúa intacto. En nuestra provincia tampoco ha dado de sí esta crisis. La aritmética de Cs no permite experimentos. No obstante, en muchos municipios la estabilidad está en manos de varias fuerzas a la vez. El caso de El Ejido es un buen ejemplo. Tras abandonar Vox el equipo de gobierno y romper el pacto con el PP, ha sido necesario que populares y socialistas llegaran a un acuerdo para garantizar la gobernabilidad, pero sin repartirse concejalías.

Ya ve, querido lector, que los contagios, la campaña de vacunación, las restricciones de movilidad, el cierre de empresas, el desempleo o los ERTE no son lo único que tienen en la cabeza nuestros representantes públicos. Después de todo, su esencia es la de ganar elecciones y acceder al gobierno en el mayor número de plazas posibles.