Opinión

Almería, tierra de antibióticos

«En escasos 100 años, los antibióticos han cambiado drásticamente la medicina moderna y han incrementado la esperanza de vida humana en 23 años»

Ignacio Rodríguez García

Catedrático de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Experimentales de la UAL

Jueves, 20 de junio 2024, 11:34

Los productos naturales, presentes en los seres vivos y ajenos a su metabolismo primario, han sido y continúan siendo la principal fuente de nuevos fármacos. ... Es bien sabido que los antibióticos han transformado la medicina moderna, siendo su introducción en el uso clínico el mayor avance médico del siglo XX. El uso de microbios productores de antibióticos para prevenir enfermedades se remonta a milenios. El papiro de Ebers, del año 1550 a.C., es el documento médico más antiguo conservado e incluye entre sus remedios cataplasmas de pan mohoso para tratar heridas abiertas. Sin embargo, el mayor hito en la historia de los antibióticos fue el descubrimiento de la penicilina por Alexander Fleming en 1928.

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Durante las décadas de 1940 y 1950, se descubrieron numerosos antibióticos derivados de fuentes microbianas, como la estreptomicina, eritromicina, cefalosporinas, bacitracina, cloranfenicol, polimixina, tetraciclina, aminoglucósidos, macrólidos, vancomicina y neomicina. Estos compuestos fueron eficaces en el tratamiento de numerosas infecciones, como la neumonía bacteriana, la sífilis y la tuberculosis. Las décadas de 1950 a 1970 se consideran la «edad de oro» del descubrimiento de antibióticos. En escasos 100 años, los antibióticos han cambiado drásticamente la medicina moderna y han incrementado la esperanza de vida humana en 23 años.

Lamentablemente, desde finales de los años 80 hasta la actualidad, ha habido un vacío en el descubrimiento de nuevas clases de compuestos antimicrobianos. Además, los fenómenos de resistencia a los medicamentos en muchos patógenos humanos han llevado a la crisis actual de falta de antibióticos eficaces, subrayando la necesidad crítica de seguir con la búsqueda de nuevas sustancias. En este sentido, los productos naturales siguen siendo el mejor recurso para el descubrimiento de nuevos fármacos. Un ejemplo de este tipo de hallazgos tuvo su origen en la provincia de Almería hace pocos años. Un estudio de la composición de suelos almerienses llevó a la identificación de un microorganismo, Streptomyces humidus F-100,629, que resultó ser productor de «humidimicina», sustancia que combinada con el antifúngico caspofungina, incrementa notablemente su eficacia y reduce los fenómenos de resistencia.

España es uno de los principales productores de antibióticos a nivel mundial, solo por detrás de China, India, Italia, Suiza y EEUU, con exportaciones que superan los 450 millones de dólares anuales, muy por delante de otros países europeos de mayor tamaño. Este liderazgo se debe a la calidad de los productos farmacéuticos españoles y a la vitalidad de las industrias química y farmacéutica nacionales.

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La amoxicilina es uno de los antibióticos más utilizados en el mundo. Pertenece a la clase de las aminopenicilinas y se utiliza para tratar, entre otras, infecciones bacterianas del sistema respiratorio superior. En la localidad de Villaricos, en las estribaciones de la Sierra Almagrera de Almería, se encuentra una de las plantas de producción de antibióticos más importantes del mundo: Deretil. Establecida en 1961 en Cuevas del Almanzora, Deretil ha contribuido al desarrollo económico y social de la zona como agente industrial único en este sector.

La planta de Villaricos produce amoxicilina, e ingredientes para otros antibióticos beta lactámicos, abasteciendo tanto al mercado nacional como internacional. Con más de 50 años de experiencia en la industria farmacéutica, Deretil es líder mundial en la producción de intermedios para la fabricación de antibióticos semisintéticos. Esta posición de liderazgo no es casual. La investigación y desarrollo (I+D) es crucial para el avance continuo de los antibióticos, y Deretil destaca por su compromiso con la innovación, invirtiendo tanto recursos propios como colaborando con centros de I+D públicos. Entre sus colaboradores se encuentran varios equipos de investigadores de la Universidad de Almería del ámbito de la Química.

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Los trabajos desarrollados han sido especialmente relevantes en la mejora de los procesos de fabricación y control de calidad de los componentes químicos necesarios para la fabricación de estos fármacos. En la actualidad, varios grupos de investigación de la Facultad de Ciencias Experimentales siguen buscando nuevos productos naturales con actividad antibiótica que amplíen la oferta de candidatos a convertirse en nuevos fármacos.

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