La Hispanidad y la insubordinación cultural

Estoy de acuerdo con M. Gullo cuando nos dice: «La única salvación de España es Hispanoamérica». Recuperar nuestra historia y dignidad es esencial para nuestra autoestima y poder afrontar el presente y el futuro, desde la Hispanidad

Manuel E. orozco Redondo

Martes, 11 de octubre 2022, 00:51

No es el primer artículo que realizo sobre la Hispanidad ni será el último, pues hay que incidir mucho en una nueva realidad hispana que ... debemos fomentar al ser la gran obra de los españoles. Es urgente difundir y celebrar la Hispanidad para contrarrestar la nueva moral y las ideas de lo correcto que nos están imponiendo las grandes multinacionales y la cultura anglo-protestante, en muchos casos vergonzante. La Hispanidad, con la leyenda negra, ha sufrido muchos engaños y mentiras, hasta tal puntos que, en los círculos liberales de la población española, ha triunfado la «leyenda negro-legendaria», de la que nos habla Marcelo Gullo en su libro 'Madre Patria'; lo que es una aberración, ya que hay más afrancesados y más anglófilos que patriotas españoles. La Hispanidad consigue una nueva actualidad con las investigaciones de María Elvira Roca Barea, Marcelo Gullo, Pedro de Insúa, Alberto G. Ibáñez y otros muchos que están perforando el muro de las mentiras de la leyenda negra, que ha lastrado a España durante siglos.

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La leyenda negra es una creación de los protestantes ingleses y holandeses contra el imperio español, que era imbatible en campo de las armas y del saber hacer una ecúmene cultural, que los ingleses nunca ha sabido realizar, pues solo han sido colonizadores y explotadores de todos los territorios en los que se implantaron. M. Gullo nos dice: «Gran Bretaña es el actor principal y el que estructura el mundo con sus mentiras». El enemigo de Gran Bretaña es el imperio español por su interés por el mundo hispano, sin olvidar la profunda envidia de los británicos por no poder privar a España de sus grandes descubrimientos y hazañas. La oportunidad de concretar la destrucción del Imperio español se la brindan los republicanos San Martín y Bolívar que, con una enorme arrogancia y escasa capacidad de ver las bondades de los virreinatos, destrozan todo lo construido por los españoles y meten a Hispanoamérica en una guerra incivil, con las ayudas de los afrancesados y las logias masónicas que acaban con un modo de vida y de unidad política, sin fronteras, mucho mejor que la que ofrecen los republicanos de la burguesía explotadora que sufren, sobre todo, los indígenas.

El personaje central de la Hispanidad es Isabel la Católica. Cuando la gran Reina se encuentra con unos territorios y con unas poblaciones indígenas responde de forma distinta de la dominación por conquista vigente de la guerra: la dominación. La respuesta de Isabel I de Castilla cambia la historia, pues convierte a los habitantes de esos territorios en sus súbditos y los territorios quedan bajo su mando. Isabel promueve el mestizaje y el hijo de un matrimonio mixto no es un esclavo, sino un igual a los de la metrópolis, al contrario que hace los anglosajones, que los consideran indignos e inferiores. Los matrimonios mixtos no se legalizan en Inglaterra hasta los años 30 del siglo XX. El éxito de los ingleses ha sido el inocular, en los españoles de ambos lados del Atlántico, las mentiras que propagan a través de la leyenda negra, hasta el punto que acaban aceptando que lo que viene de España es la barbarie, la incultura, con la que los ingleses y holandeses se quedan con el poder y se justifican a sí mismos.

Para los españoles, el drama surge con la guerra de la Independencia en la que nos mete el insensato y vanidoso Napoleón. Como nos dice M. Gullo: «Con los franceses aparece una guerra civil que asume la leyenda negra y aparecen muchos países después de 1810». Se puede afirmar que gran parte de la leyenda negra es mentira, pues en la España de América quedan millones de indígenas, universidades, hospitales, iglesias, ayuntamientos, palacios, y caminos que se construyeron con gran parte de los beneficios que aportó ese territorio. Con las ideas del republicanismo, con las que se dejaron engañar los hispanos, aparece la balcanización del territorio, después de cruentas guerras inciviles. En este sentido, es fundamental rechazar la leyenda negra para reconstruir la Hispanidad desde la insubordinación cultural, tal y como nos dice M. Gullo. Hay que saber que la Hispanidad no es la raza, sino un estilo de vida y la búsqueda de hacer el bien, que nos diferencia del protestantismo de los ingleses, pues para ellos el bien es lo útil. Nuestro futuro, como hispanos, está en favorecer una ecúmene cultural hispana, que nos haga más fuertes para no quedar bajo las grandes potencias y sus imposiciones de lo políticamente correcto, en la que hemos estado y seguimos estando, por el complejo de la leyenda negra que nos instaló en la mentira de una España atrasada e inculta, nada más alejado de la realidad, pues es imposible mantener un imperio durante tres siglos y medio y no tener ciencia, ni capacidades administrativa ni organizativa. Estoy de acuerdo con M. Gullo cuando nos dice: «La única salvación de España es Hispanoamérica». Recuperar nuestra historia y dignidad es esencial para nuestra autoestima y poder afrontar el presente y el futuro, desde la Hispanidad.

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