La silenciosa amenaza de los microplásticos en suelos

Estas partículas son ubicuas en el medio ambiente, presentes en océanos, ríos, suelos e incluso en el aire que respiramos. Su pequeño tamaño les permite moverse e infiltrarse en los ecosistemas, donde por su estabilidad pueden ser ingeridos por animales, incluidos aquellos en la cadena alimentaria humana. Aunque sus impactos completos en la salud y el medio ambiente todavía están bajo estudio, la evidencia sugiere que pueden causar daños fisiológicos, incluyendo daño tisular cuando alcancen niveles muy elevados, aun no completamente estimados.

Si bien la contaminación por plásticos en los océanos ha recibido una gran atención generalizada, la contaminación de otros compartimentos ambientales como suelos por MNPs representa una crisis más silenciosa pero igualmente alarmante. En el caso de suelos de uso agrícola su introducción puede ser a través de vías como el riego con agua contaminada, deposición atmosférica o fruto de prácticas agrícolas mal gestionadas como el uso de mantillo plástico combinado con una gestión deficiente en su retirada o la aplicación de lodos de depuradora como fertilizante. De esta forma los MNPs están llegando a los suelos, afectando potencialmente el crecimiento de los cultivos y la salud del suelo.

En regiones de agricultura intensiva como Almería, el uso de plásticos es fundamental para garantizar una producción eficiente y de alta calidad, al proteger los cultivos y regular las condiciones de temperatura y humedad. Sin embargo, esta dependencia también plantea retos ambientales. Estudios de laboratorio han mostrado que los MNPs pueden alterar propiedades esenciales del suelo, como la porosidad, la retención de agua y la actividad microbiana, perturbando el equilibrio necesario para un crecimiento vegetal saludable.

Para combatir el problema de los micro y nanoplásticos en la agricultura y el medio ambiente en general, es esencial un enfoque multidisciplinar donde los responsables políticos, los investigadores y las partes interesadas de la industria deben colaborar para desarrollar e implementar alternativas sostenibles a los plásticos convencionales, como materiales biodegradables o prácticas agrícolas innovadoras. Fortalecer las regulaciones para gestionar los desechos plásticos, promover los principios de la economía circular y aumentar la conciencia pública son pasos cruciales para reducir la contaminación por plásticos. Avanzar en la investigación sobre los impactos ambientales y de salud de los MNPs proporcionará conocimientos críticos para guiar estrategias de mitigación efectivas.

Muchos países están introduciendo regulaciones más estrictas sobre plásticos de un solo uso, incentivando programas de reciclaje e invirtiendo en el desarrollo de alternativas plásticas biodegradables. En la agricultura, se están explorando innovaciones como técnicas de mantillo sin plástico y sistemas mejorados de gestión de desechos para minimizar la contaminación por plásticos, donde la provincia de Almería es pionera. Igualmente, la Universidad de Almería, con colaboraciones internacionales de investigación, está estudiando activamente las fuentes, impactos y estrategias de mitigación para los MNPs, con el objetivo de establecer la comprensión integral del problema que facilite su solución. Abordar este problema en toda su extensión nos permite ver nuevas oportunidades de desarrollo a la vez que preservar nuestro medio ambiente y garantizar que las generaciones futuras hereden un mundo donde los ecosistemas prosperen y la agricultura siga siendo un pilar del progreso humano.