Todos hablan de ella

De cara a las próximas elecciones andaluzas, todo va a pasar por ella. Se comentará lo que diga y lo que calle. Lo que haga y lo que deje de hacer. Con quien se vea, se reúna y hable y con quien no piensa cruzar palabras ni miradas. Se analizará de qué color viste, cómo se peina y se criticarán sus disfraces, más o menos impostados. Pero todos hablarán de ella.

¡Qué paradoja! Dando por sentado que la suma de las izquierdas no superará al conjunto de las derechas ni en el sueño más húmedo del estratega socialista más optimista, lo que mejor le vendría a la Andalucía moderada y alejada de los extremismos es… ¡una mayoría absoluta del PP! O, al menos, que Juanma Moreno y los suyos saquen más votos que las izquierdas desunidas, para no depender del voto ultra.

Con permiso de la cocina de Tezanos, la única forma de que ella no sea vicepresidenta es que Juanma arrase. Insisto: qué gran incongruencia, qué absurdo para la izquierda. Pero no va a pasar. Porque le harán la campaña gratis, permítanme que insista, situándola en el centro del debate, dándole visibilidad, popularidad y notoriedad.

Sabe que la pondrán a parir. Forma parte del guion. Se crecerá con el castigo sin perder la sonrisa. Porque en apenas unas semanas volverán con la frente marchita para preguntar qué se debe. Tras el 19J tocará el cortejo. Negociación, dirán con voz engolada. Ironías y eufemismos, una vez descartados cordones sanitarios y líneas rojas. Vivir para ver.