Granada maltratada

El fruto de la empanada ·

Antonio Mesamadero

Lunes, 16 de enero 2023, 23:52

La santísima trinidad que ilumina a una mente obtusa: bofetón, correazo y zapatilla voladora. Los tres, juntos o por separado, simbolizaban en mi generación el ... castigo justo de un padre a un hijo. Lejos de traumatizar, aquellos correctivos nos hicieron madurar como personas por la cuenta que nos traía. En aquel entonces un padre era un padre, no un colega.

Publicidad

Me acordé de esta santísima trinidad –medicina santa que obra milagros– cuando vi a aquellas dos perturbadas arrojar sopa de tomate sobre 'Los girasoles' de Van Gogh. ¿Para qué? Para protestar por el hambre, argumentaron desde su perniciosa ignorancia. Una idea es peligrosa cuando no se tiene más que una.

Vivimos en la sociedad del maltrato. A poco que observes, verás que la obra de Van Gogh es solo una víctima más. También hay maltrato en la riqueza y en la pobreza, en la escuela, con las mascotas, en el ámbito laboral, en el noviazgo... y no digamos ya en el matrimonio. Tampoco sale bien parado del acoso nuestro patrimonio monumental. ¿Qué se puede decir de alguien que dibuja en la fachada de una iglesia a Clint Eastwood apuntando con su magnum? Interroguémonos sobre el alma de este artista. ¿Será un cinéfilo cachondo que busca alegrarse el día pintando, o simplemente un poeta que trata de transmitir un mensaje subliminal de paz y amor?

El maltrato monumental incorpora nuevos e insospechados matices al viejo dicho «dale a un tonto un lápiz…», quedando de la siguiente manera: «Dale a un irresponsable un espray y verás lo que tarda en cargarse una fachada». Pero, ¿qué sentido tiene garabatear un edificio de valor cultural? En ocasiones, a todos nos molesta algo de nuestro entorno (si has vivido cerca de alguna obra en el centro sabrás de lo que hablo), y no por eso nos armamos con un aerosol y pintamos cacas sobre esos martillos hidráulicos que sincronizan tan bien sus perforaciones con tus dolores de cabeza. No tiene sentido pintar despropósitos cerca del entorno alhambreño o perpetrarlos en las murallas del Albaicín, con churros gráficos o con frases que no casan con la monumentalidad nazarí, como por ejemplo: «Camino de rosas, camino de flores, 'camino' te acerques, 'camino' me jodes». Fina rima granadina.

Publicidad

El maltratador urbanístico se hace fuerte a través de su 'obra artística'. Siempre encontrará una galería donde 'exponer' sin permiso del dueño.

Posdata: en la prehistoria sí que sabían pintar sobre las paredes.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad