Puerta Real

Granada, capital Escúzar

Seis años después del primer anuncio del Acelerador de Partículas, la ministra Morant, vino a decir que «estamos haciendo historia mundial»

ESTEBAN DE LAS HERAS BALBás

Sábado, 15 de enero 2022, 22:14

Con el nuevo año me propuse contabilizar los millones que van a llover sobre Granada, pero tras la granizada de euros caída esta semana me ... he perdido. En esto de los números soy tan torpe que necesité contar hasta tres veces la gente que salía en la foto de primera del viernes en los llanos de Escúzar. Había más personal que en la cabalgata de Reyes. La ocasión no era para menos, ya que estábamos en una semana «excitante y apasionante» según el cronista oficioso de las glorias locales. Más rotundas fueron las palabras de la ministra Morant, al asegurar que «desde Escúzar estamos haciendo historia mundial». Por ahora hablamos de 100.000 metros cuadrados de terrenos en el Parque Metropolitano Industrial y Tecnológico y la promesa de una primera inversión de 32 millones de euros. Las cifras de este prodigio invernal granadino me incitaron a recortar y guardar estas páginas en el dosier, ya bastante abultado, donde voy archivando todo lo publicado sobre el Acelerador de Partículas, que si al final llega, pondrá a la ciudad en el 'top ten' del mundo mundial. Para los desmemoriados, conviene recordar que ya en junio de 2016 nos hablaron de que este acelerador supondría «un retorno de mil millones de euros sobre el PIB granadino». Se contemplaba entonces una primera fase de construcción y operación, desde 2016 a 2033, y una segunda de ampliación hasta el 2050. Como para entonces ya estaré mojama, me quedo con las arrebatadoras y entusiásticas palabras con que glosaron el singular momento la ministra Morant («El sueño de la ciencia se va a hacer posible aquí en Granada y en Escúzar») y el presidente Juanma («Vamos a domesticar la fusión nuclear. Este proyecto va a ser el corazón que abrirá las puertas de la humanidad a una fuente de energía totalmente poderosa»). Acompañó la suerte y no hubo ese día cortes de luz en los barrios que habitualmente los sufren.

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Si añadimos que el día menos pensado llega a Granada la Agencia de Inteligencia Artificial, ya vamos 'sobraos'. Esto no va a ser la antesala de Jauja, va a ser El Dorado y las Siete Ciudades de Cibola que buscaban los conquistadores de América. Todo junto y, como quien dice, a un paso de Puerta Real. Si para entonces ya ha conseguido el Ayuntamiento limpiar las aceras de la ciudad, será la gloria.

Claro que el clásico malafollá dirá que solo son proyectos con el mismo futuro que el tren de Motril o el Teatro de la Ópera. Pero con eso ya contamos los granadinos. Lo nuestro son los milagros, la ilusión o los prodigios. Que la mayoría no llega a buen término, o son un fiasco, lo tenemos asimilado. Pues qué son, si no, el aeropuerto, el AVE-lento, el Cubo de la Caja o la presa de Rules. ¿Y lo bien que lo pasamos discutiendo sobre ello? ¿Es que eso no vale nada? Solo de pensar que en Escúzar «vamos a replicar las reacciones nucleares que se producen en el Sol de manera controlada» se me pone la piel de gallina liberada. No lo verán mis ojos, pero eso no impide que me asombre ante esta repera que hará sombra a la Alhambra.

Se me acaba el espacio sin poder referir, como pide la ocasión, esa escenificación mitológico-bíblica, a caballo entre Edipo Rey y el Evangelio de San Lucas, de la muerte del padre y el regreso del hijo pródigo, que tuvo lugar el miércoles en la calle Andrés Segovia. 'Sic transit gloria mundi'.

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