Puerta Real

Los Goya: alboroto y fiesta

Todo viene por esta puñetera manía de compararnos con Málaga, que nos está amargando la vida

Sábado, 18 de enero 2025, 23:07

Anda la peña un tanto alborotada por la fiesta de los Goya que, al parecer, va a costar a las arcas de la municipalidad más ... millones de euros que dedos tiene una mano. Dicen algunos 'engurruñíos' que Granada no necesita estos dispendios para darse a conocer, porque hasta en la isla de Tonga saben poner a nuestra ciudad en el mapa con los ojos cerrados. No les falta razón, pero no podemos hacerle coro al derrotismo que empieza a escucharse entre los amigos del chavico. Faltan pocos días para la noche granadina más importante del cine español y hay que hacer ese esfuerzo económico, aunque la calle de Las Flores siga empantanada y se demore el plan de limpieza integral de la ciudad tantas veces prometido. Imaginar a Marifrán con Almodóvar es algo que 'sulibeya' más que los 'perjúmenes' de Carlos Mejía Godoy. Será el icono de la reconciliación entre 'los amigos de la zeja' y los chicos de Feijóo. Algo tan impagable, que no ha lugar a colocarle 'un pero con su tijera clavá' a los Goya. Los lenguaraces también cuchichean que van a poner un AVE especial a los artistas para regresar a Madrid. Es lo mínimo que se espera del ministro pucelano hacia su paisana: facilitar la movilidad del séptimo arte por las misteriosas vías del AVE-lento. Granada está 'mu faltica' de cariño gubernamental y la deferencia del tren especial limará asperezas, con este gesto tan inusual como novedoso.

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Tenemos un complejo de hermana pobre y postergada en el concierto autonómico y nacional, que hay que ir olvidando. Vale que nos quitaran la sede de la AESIA, vale también que ahora hayan suprimido unas ayudas a la investigación en Inteligencia Artificial, en la que participaba la Universidad, pero no seamos cagaprisas, que no estamos en un 'reventaero'. El subdelegado del Gobierno ya ha anunciado que «en poco tiempo» habrá una nueva convocatoria. Una precisión de relojero riguroso ésta de «en poco tiempo» para definir los plazos de demora. O sea, que están en ello pero sin bulla. ¿Todavía hay quien no sabe que nuestro tiempo es distinto al de los demás? El tiempo en Granada lleva su ritmo acompasado con brochazos azules de ciudad dormida que la hacen singular y única. Me atrevería a decir que esa rara particularidad es la que ha llevado a Renfe a obsequiar a los viajeros del AVE con las famosas dos paradas en Antequera, que llevaban camino de convertirse en otra seña más de la malafollá granaína hasta que este periódico ha emprendido una campaña para suprimirlas. La cosa parece estar encarrilada, después de que Puente haya tomado cartas en el asunto. Ya no podremos bajar a comprarnos unos molletes. Todo viene por esta puñetera manía de compararnos con Málaga, que nos está amargando la vida.

Llevamos tantos años empecinados en esta polémica que quizás fuera mejor porfiar con Badajoz, por ejemplo, para presumir del tren más lento del país. Título que ahora ostentan los pacenses. Ser el penúltimo de la fila es un oprobio; ser el último, da notoriedad. En la pugna con los extremeños podríamos retomar también el asunto del palacio de la ópera y traer un director de esos que viven entre semifusas y corcheas, sin importarles dónde ponen el atril, ni dónde está su despacho. Mismamente como David Azagra, el hermanísimo. Los de 'la zeja', con mucha mano en Moncloa, podrían sorprender a Marifrán y a toda Granada con el fichaje de un tipo similar, tan metido en su mundo que hasta se olvidara de cobrar su salario… Perdón, me he quedado en blanco. ¿Por dónde íbamos? Me ha dado un bajonazo. Disculpen que lo deje aquí. He quedado con los amigos para la olla de San Antón.

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