Estadísticas y paisaje
Son una fuente de conocimiento si técnicamente se plantean bien y se resuelven con rigor y honestidad, cuando no es así producen una visión distorsionada de la realidad
Uno de los objetivos más importantes de un gobierno de izquierdas es el control de las estadísticas pues, como ya advirtiera Lenin, constituye un poderoso ... instrumento de poder, de ahí que el autócrata ruso mostrara su obsesivo interés por esta fuente de conocimiento para el control social, aspecto que ha puesto de manifiesto el 'sanchismo' con la esperpéntica manipulación de las estadísticas, tal vez como dicen que significara Churchill en una frase, que no sé si es atribuible a su persona, en la que advertía: «Yo no creo en las estadísticas excepto en las que he manipulado yo mismo».
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La realidad es que las estadísticas son una fuente de conocimiento si técnicamente se plantean bien y se resuelven con rigor y honestidad, cuando no es así producen una visión distorsionada de la realidad que pueden desembocar en auténticas catástrofes, que es lo que le ocurría al propio Lenin con las hambrunas en Rusia entre 1921/1922, en Ucrania entre 1932/1933 y en general en todas las economías de planificación centralizada como la China de Mao que entre 1959/1961 que provocó la muerte de más de 40 millones de chinos. En la actualidad los efectos de este modelo pueden verse en Cuba o Corea del Norte.
Los geógrafos, aparte de las estadísticas, interpretamos la realidad territorial y su proceso de evolución analizando el paisaje, puesto que representa la relación del hombre con el medio a lo largo del tiempo, siendo su estructura y composición las claves de la realidad territorial. Comprender el paisaje es comprender la realidad social, económica, cultural y política de la sociedad que lo habita.
En estos días he recorrido España y he buscado comprender la realidad de sus territorios a partir del paisaje y su evolución, comprobando sus bases y limitaciones para el desarrollo, percibiendo las desigualdades y desequilibrios que caracterizan a las distintas regiones españolas. Cierto que hay territorios en España con unos condicionamientos naturales que pueden ser una limitación para el desarrollo de unas determinadas infraestructuras, en razón de los costes de ejecución, pero que pueden ser superados por una decisión política como he podido comprobar. Realmente estamos definiendo un país con enormes desigualdades territoriales, fuertes desequilibrios y disfuncionalidades que deben ser corregidas y esto solo es posible con una política territorial coordinada institucional y económicamente, pero lo que percibimos como política son miserias personales, mentiras institucionalizadas y gestión interesada; se ha perdido la grandeza de la gestión por el interés general, como esas políticas hidráulicas por llevar el agua a donde se necesita y los sistemas de transporte a donde puede construirse nuevas realidades económicas.
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Mientras se destroza la economía de España y a sus instituciones más relevantes, el Gobierno y sus socios nos engañan con burdas mentiras proclamadas, como el acuerdo europeo sobre el ahorro energético, la levedad temporal de la inflación o se trata de distraer a la opinión pública con la opereta de la espada bolivariana.
En el fondo solo triunfa el okupa del palacio de La Mareta, que con todo desparpajo e impudicia vive sin límites mientras exige a la mayoría de los españoles más sacrificios de lo que son necesarios y que además ponen en riesgo la productividad de muchas empresas; una burla grotesca a los ciudadanos que deberá tener respuesta.
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