Escucha activa
Puerta Real ·
Cuando mediaba la legislatura, los partidos decidían abrirse a la sociedad. La apertura consistía en que montaban reuniones con grupos afines, siempre los mismosEsta temporada política se lleva «la escucha activa». De pronto, y sin que les hayamos hecho nada, todos los partidos se proponen escucharnos activamente. Por ... ejemplo, el PSOE ha formado un «Grupo de Impulso para la escucha activa en Granada», pero el asunto es una epidemia
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La vicepresidenta lleva una campaña de escucha activa con la izquierda de la izquierda, Vox pide diálogo y escucha activa, el presidente de la Junta andaluza promete «una escucha muy activa» con Vox. Bildu quiere escuchar activamente al sector agrario y hasta el PNV, de naturaleza más rocosa, ha prometido en la fiesta del partido «un proceso de escucha activa». CUP y Ciudadanos también se pierden por los vericuetos de la escucha activa.
Todos.
No son muy originales nuestros partidos. Se copian.
Hasta la fecha, cuando mediaba la legislatura, los partidos decidían abrirse a la sociedad. La apertura consistía en que montaban reuniones con grupos afines, siempre los mismos, a los que cada cuatro años les dicen que se abren a la sociedad. Como los llamados ya los conocen, muestran su satisfacción por la gesta, contentos de que no los hayan abierto en canal, y se despiden hasta dentro de cuatro años. Los partidos elaboraban sus programas como siempre.
No es imposible que la escucha activa siga el mismo procedimiento: que los partidos llamen a los colegas, les digan que los va a escuchar activamente y los presuntos escuchados que muy bien. Queda cubierto el expediente. Todo lo presagia. Véase la enjundia retórica con la que anuncia la buena nueva el PSOE andaluz. Ha formado un «Equipo de impulso para la escucha activa y dinamización de propuestas del PSOE-A», con el que pretende iniciar «un periodo de escucha activa» con la sociedad civil «para no dejar a nadie atrás».
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Está todo: impulso, dinamización, nadie atrás, los lugares anodinos del discurso autorreferencial.
La escucha activa viene de la psicología. Es una técnica y estrategia de comunicación que usan sobre todo en enfermería, psicoterapia y resolución de conflictos, por lo que se deja ver qué piensan los partidos de nosotros. Nos verán como tullidos o conflictivos.
Lo más importante de la escucha activa no es que te hagan caso, sino demostrarte que te han entendido. Al final te resumen lo que has dicho. En el trance hay normas: no interrumpirte, no descalificarte, no darte consejos si no se los pides: seguirte la corriente. Resulta conveniente que el escuchador activo ponga una sonrisa sincera y asienta periódicamente, incluso aconsejan copiar las expresiones faciales del interlocutor.
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Puede oírse como quien oye llover. La escucha activa aporta el valor añadido de que se oirá el aguacero con complacencia.
Cuando Yolanda Díaz vaya a hablar con sus colegas de reconstruir Podemos (en eso consiste el invento) los escuchará con los cinco sentidos, les sonreirá, hará un resumen y luego les propondrá arrejuntarse de nuevo.
Quizás añoraremos la época en la que solo se abrían a la sociedad, sin rictus de simpatía ni imitarnos los gestos faciales.
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