El 20 de junio, el Festival Internacional de Música y Danza de este año ha vuelto a reunir en nuestra ciudad a Manuel de Falla ... y Maurice Ravel, conmemorando el centésimo quincuagésimo aniversario del nacimiento del compositor francés y el centenario de la última versión para orquesta sinfónica de 'El amor brujo' de 'don Manué', como lo llamaba María Lejárraga. El Festival ha programado, en el Palacio de Carlos V, un concierto sinfónico con la Orquesta Ciudad de Granada para conmemorar estas efemérides en cuyo repertorio se encontraban, entre otras piezas, el 'Concierto para Piano en Sol mayor' y 'La Valse' de Ravel y 'El amor brujo' y 'Noches en los jardines de España' de Falla. Esta última composición está dedicada al pianista español Ricardo Viñes, que lo introdujo en el ambiente musical parisino y del que también se conmemoran los ciento cincuenta años de su nacimiento.
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Desde la refundación del Ateneo en 2009 hasta esta última junta directiva no se había dedicado una vocalía exclusiva para música. Quizás porque era difícil superar al presidente de la sección de música de la primera junta directiva de 1925: Manuel de Falla.
Sí hemos contado con una sección dedicada a «Granada es música», coordinada por nuestro socio, el poeta y catedrático de literatura Álvaro Salvador.
Aunque el periplo de Falla por el Ateneo fue corto, el 11 de abril de 1926 presentó su dimisión, motivada por sus continuos viajes y falta de tiempo, sí se ofreció para seguir colaborando con la Institución en el futuro. Como prueba de esa colaboración están sus negociaciones para traer a Ravel a nuestra ciudad. Hasta finales del año 1928, en el que Ravel estaba de gira por España, no se logró materializar este proyecto.
El 21 de noviembre de 1928 Ravel llegó a Granada, procedente de Málaga. Su concierto, en el Olympia, tuvo que adelantarse a las cinco y media de la tarde, pues por la noche debía viajar hasta Madrid para dar allí otro recital en la Embajada.
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Fue una organización compleja, dirigida por el gran Hermenegildo Lanz.
El concierto fue un éxito clamoroso de público, pero los cambios de horarios y el poco tiempo para su realización, debieron ser el motivo de que los precios fueran más bajos de lo habitual, y al final arrojó una perdida de dos mil pesetas, que se repartieron los organizadores. Este verano tormentoso retrasó el concierto en el Palacio de Carlos V media hora, pero el éxito también fue clamoroso.
A partir de setiembre empezarán los primeros actos de esta nueva vocalía. Estad atentos.
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