El valor de la tolerancia en una sociedad plural

El sustantivo tolerancia expresa la idea de «respeto y consideración hacia las opiniones y prácticas de los demás, aunque repugnen a las nuestras

Enrique Gervilla

Domingo, 24 de septiembre 2023, 23:06

Los seres humanos, desde Caín y Abel hasta la actualidad, hemos mantenido una permanente lucha de unos contra otros. La historia está llena de guerras, ... de sangre y de odio, unas veces por motivos religiosos, otras por motivos políticos, económicos, afectivos… En otras ocasiones son enfrentamientos no-violentos: desprecios, insultos, injurias, pasotismo, odios, envidias... Todo ello ha sucedido, y continúa sucediendo, por la carencia de un valor fundamental: la tolerancia.

Publicidad

Una virtud, como indica Victoria Camps, esencial para vivir en una verdadera democracia, pues el respeto a los demás, la convicción de que nadie tiene la única verdad, son fundamento de esa apertura que supone ser tolerante.

Pluralidad, respeto y fraternidad que, en muchos casos, aún no hemos aprendido, pues como ya constató M. Luther King: «Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos».

Concepto de tolerancia

El Diccionario de la RAE nos ofrece dos conceptos de tolerancia, atendiendo al verbo 'tolerar' y al sustantivo 'tolerancia'. El verbo tolerar significa: «sufrir, llevar con paciencia», «soportar», «resistir», «aguantar»... Se trata, pues, de una tolerancia permisión, aceptando la tolerancia para evitar males mayores.

Publicidad

El sustantivo tolerancia expresa la idea de «respeto y consideración hacia las opiniones y prácticas de los demás, aunque repugnen a las nuestras». No se trata, pues, de soportar, sino de aceptar, valorar y estimar ladignidad de la persona por encima de sus opiniones o modos de vida. La convivencia sólo será pacífica con el respeto al otro, pues nos toleramos o nos destruimos unos a otros, tal como expresó Shakespeare, con cierto humor, en la siguiente pregunta de un discípulo y su maestro:

–«Maestro, quisiera saber cómo viven los peces en el mar». A lo que el maestro respondió:

–«Como los hombres en la tierra: los grandes se comen a los pequeños». Pero ser tolerante no es ser indiferente, ni permisivo, ni pasota, ni escéptico, pues quien ha descubierto su verdad trata de manifestarla, perono imponerla, pues como ya afirmó K. Popper: «La verdad total y absolutanolaposee ningún individuo, grupo social, político o religioso».

Publicidad

¿Qué hay que tolerar?

Las razones de la intolerancia son múltiples, sintetizadas por V. Campsen cuatro grandes grupos:

1.- Las diferencias religiosas han sido causas de múltiples intolerancias al pretender toda religión ser la única verdadera e imponerse sobre las demás. Y ello a pesar de que el mensaje cristiano se fundamenta en el amor, inclusoa los enemigos (Mt. 5-43).

2,- Igualmente la política al intentar toda ideología ser la única verdadera, o la mejor de las ideologías posibles y, en consecuencia, mostrar rechazo hacia las demás.

3.- Las diferencias económicas que frecuentemente encubren diferencias étnicas, culturales o geográficas.

Publicidad

4.- Las discapacidades intelectuales o físicas, son sólo diferencias y, enc uanto tales, deben ser aceptadas y valoradas como riqueza social.

¿Se debe tolerar al intolerante?

Preservar la tolerancia es ser intolerante con el intolerante, pues de lo contrario, la intolerancia podría acabar con la tolerancia, pues el criminal, el terrorista, el dictador, el violento, el fanático, no repara en los medios para conseguir sus propósitos intolerantes. Tal maldad hay que combatirla en aras al bien social, pues quien tolera el mal se hace cómplice del mal.

Hay que tolerar todas las diferencias excepto las contrarias a la dignidad humana. La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma en su artículo 1º: «Todos los seres humanos nacen libres e iguales endignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, debencomportarse fraternalmente los unos con los otros» (10-XII-1948).

Publicidad

La tolerancia, valor educativo

Educar es humanizar, ayudar a la persona a construir su personalidad en las circunstancias presentes y mirando al futuro. Este futuro, que ya es actual, es cada día más plural y globalizado por lo que se hace necesario, y hasta urgente, educar la tolerancia.

«La sociedad del futuro –escribe Tomás Calvo– será cada vez más un mosaico pluricultural y multiétnico, nutrida con emigrantes y etnias del Tercer Mundo, con modos de vida muy diferenciados de la cultura occidental. Si los niños y los jóvenes de ahora –ciudadanos europeos del mañana– no aprenden a convivir juntos en la diferencia, es previsible un auge del racismo y de la xenofobia con el recrudecimiento de los conflictosétnicos».

Noticia Patrocinada

Ante este cambio acelerado de valores, la convivencia sólo es posible mediante el diálogo y la búsqueda conjunta de la verdad. Hecho que ya constató A. Machado en sus versos: «¿Tu verdad? No, la verdad, ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela».

El lenguaje popular es bastante ilustrativo. Basta recordar las siguientes comparaciones: Si una persona trabaja desorbitadamente, decimos que trabaja como un negro. De un avaro, decimos que es un judío. De un hombre excesivamente celoso, decimos que es un moro. De un individuo tonto, decimos que le han engañado como a un chino. En síntesis, pues: paz o guerra, tolerancia o injurias, dignidad o desprecio, respeto o insultos, odio o amor… son situaciones, reales o posibles, de aceptación o rechazo de la tolerancia.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad