La manipulación

Distorsiona la verdad en beneficio propio; es tratar a las personas como si fuesen objetos

Enrique Gervilla

Miércoles, 6 de marzo 2024, 23:12

Acorde con la etimología latina, la manipulación hace referencia a 'manus' (mano), por lo que manipular significa operar con las manos, manejar, manosear. Según la ... Real Academia de la Lengua manipular es «intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros en la política, en el mercado, en la información, etc. con distorsión de la verdad o la justicia, y al servicio de intereses particulares».

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La maldad, pues, de la manipulación reside en deformar la verdad en beneficio propio, sin respeto alguno a la dignidad humana, pues trata a las personas, como si fueran objetos, a fin de dominarlas fácilmente. El manipulador, y en función de sus intereses, sólo ofrece una parte distorsionada de la realidad como si fuese la verdad completa.

¿Quién manipula?

Manipula el que quiere vencernos sin convencernos, seducirnos para que aceptemos los que nos ofrece sin darnos razones. El manipulador no habla a nuestra inteligencia, no respeta nuestra libertad; actúa astutamente sobre nuestros centros de decisión a fin de arrastrarnos a tomar las decisiones que favorecen sus propósitos

El manipulador pretende dominar la voluntad de las personas o grupos para dirigir la conducta de forma oblicua y artera. Para ello halagan el apetito con sensaciones gratificantes a fin de orientar la voluntad hacia la compra del producto, reduciendo la persona mero cliente. Esa forma de reduccionismo es el fundamento de la manipulación.

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Nos manipulan de múltiples maneras

Mediante el lenguaje. La manipulación semántica consiste en el uso parcial e incorrecto del lenguaje, utilizando vocablos de resonancia positiva, sin especificar su contenido, en provecho propio. Así, palabras como: progreso, libertad, equidad, moral, etc. son aplicadas a acciones y situaciones que pueden significar todo lo contrario.

La política. La manipulación política es una influencia enmascarada, parcial y ambigua que se ejerce sobre los ciudadanos para conseguir unos comportamientos políticos determinados. La pretensión última, y frecuentemente única, es la consecución del poder, a veces con interpretaciones de la realidad unilateral y engañosa siempre en beneficio propio.

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La publicidad. La manipulación publicitaria pretende la venta del producto por encima de todo, dando a conocer el mismo mediante verdades parciales o engañosas. La acción se ejerce sobre sentimientos, deseos y emociones, inventando razones para elegir, generado insatisfacción que se pretende compensar con la posesión del producto anunciado.

La moral y la religión. Manipulación moral y religiosa es, quizás, la más grave por afectar a las creencias personales y a lo más humano de lo humanos. La defensa de una determinada religión o moral jamás debe fundarse en el desprestigio u ofensa de las otras. Exponer los hechos sólo positivos de una y sólo negativos de las otras, es manipular. No distinguir entre verdades científicas y morales o religiosas es manipular.

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Especial gravedad de la manipulación hoy

Hoy la manipulación posee una especial gravedad. Los poderosos medios que la tecnología ha puesto a disposición de personas y colectivos, facilita su poder al servicio de intereses implícitos y deshumanizantes.

No basta vivir en un régimen democrático para ser libres de verdad. Hay que conquistar la libertad día a día, frente a quienes intentan astutamente dominarnos mediante la manipulación.

Si queremos colaborar eficazmente a configurar una sociedad mejor, más solidaria y más justa, debemos poner al descubierto los mecanismos de la manipulación y aprender a pensar con todo rigor. Esta fidelidad a lo real nos proporcionará una inmensa libertad interior.

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La educación crítica como remedio

La educación siempre tiene como finalidad el crecimiento autónomo de la persona para ser cada vez más ella misma. Y, en esta sociedad tan plural, la crítica se hace imprescindible.

Criticar, del verbo griego 'krino', significa «juzgar» o «facultad de discernir». Criticar, por tanto, es juzgar, discernir, separar lo valioso de lo que no lo es, al modo como lo hace la criba o el arnero. El crítico, pues, al igual que sucede en todo juicio, desea y busca la verdad, distinguiéndola de lo que no lo es, tras sucesivas, y a veces opuestas, opiniones, hechos y valoraciones. La labor de la crítica es, pues, siempre positiva, por cuanto cada cual, desde su personal visión, selecciona e incorpora a su vida aquellos valores o aspectos de un hecho que le hacen más valioso. Mayor importancia reviste aún en las sociedades pluralistas y de cambio permanente, cual es nuestro caso, en las que un constante «bombardeo» informativo nos invade diariamente, acompañado, a veces, de parcialidades y de adoctrinamiento.

Lograr en el educando una inteligencia crítica es alcanzar un pensamiento propio, mediante el juicio razonado, lejos de modas, mayorías o temas, a veces tan actuales como pasajeros.

Conclusiones

1. La manipulación trata a las personas como si fuesen objetos, actuando contra su dignidad.

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2. El manipulador pretende dominar nuestra voluntad sin razonamiento, halagando nuestro apetito con sensaciones gratificantes.

3. Nos pueden manipular mediante el lenguaje, la política, la publicidad, la moral y la religión.

4. Hoy la manipulación posee una especial gravedad, pues los grandes medios tecnológicos facilitan su poder, generalmente en mano de los poderosos.

5. La educación crítica, en esta sociedad tan plural y cambiante, es el remedio a la manipulación. Al alumno hay que enseñarle a juzgar y discernir, lo valioso de lo que no lo es, tras múltiples opiniones, hechos y valoraciones.

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