Enfilando la Navidad

Para alegría la de Jon Rahm. Al golfista sí que le ha tocado el primer premio. Recibirá quinientos millones de euros por competir en el circuito saudí. Está claro que lo suyo no es suerte. Es el mejor jugador del mundo y es normal que se lo rifen. No obstante, coincidirá conmigo en que la cifra es descomunal. ¿Cuántos años tendría que trabajar usted sin parar para lograr acumular semejante botín?

El español no es el único que se ha asegurado su futuro con letras de oro estos días. Un japones se ha convertido en el jugador de béisbol mejor pagado de la historia. Es cierto, aquí este deporte nos queda lejos, pero los 700 millones de dólares que recibirá por las próximas 10 temporadas, bien merecen una mención. Shohei Ohtani, nuevo jugador de los Dodgers, acaba de entrar por la puerta grande en el Olimpo de los deportistas mejor pagados.

Los grandes cheques no sólo se dan en el deporte, también se pueden encontrar en la música. Enrique Iglesias es noticia porque ha vendido todos sus derechos musicales y de imagen. Lo ha hecho por una cifra que, aunque no se conoce de manera exacta, supera en bastante los 100 millones de dólares. ¡Esto sí que es una 'experiencia religiosa'! Digo yo que estos tipos no jugarán a la lotería. No quiero ni imaginar que encima les pudiese tocar el Gordo. El sorteo de Navidad es la ilusión de los que somos pobres, aunque el 22 de diciembre, a mediodía, ya se habrá esfumado el sueño para la mayoría de nosotros, ¿tocará aquí?

Si todavía no tiene su décimo, tome nota, porque la administración número trece de Almería ha escondido sobres con números para participar en el fondo del mar y serán para quienes logren encontrarlos. Además, desde hoy y hasta el viernes esconderán veinte décimos por el barrio. Serán cuatro cada día.

Los almerienses vamos a invertir sólo en este sorteo unos 54 millones de euros. Da alegría ver las calles repletas de gente tomando tapas en los bares y comprando en los comercios, ¡a consumir! ¿No tiene la sensación de que se necesita la nómina Rahm o Iglesias para poder hacer frente a tantos gastos?

No se agobie porque la Navidad es mucho más que consumir. Sobre todo, es un tiempo para ser feliz y hacer felices a los demás. Una época para estar más cerca de la familia y de los amigos. Está llena de momentos para disfrutar en casa y fuera de ella. Estas fechas suenan a villancicos y saben a mantecados y turrón de almendras.

Más allá de las luces de colores, los adornos, el papel de regalo y los lazos la Navidad será lo que cada uno de nosotros queramos que sea. No hacen falta champán y mariscos caros. Con salud y la mejor de las intenciones suele ser suficiente. ¡Pruébelo!